JON GARAÑO: “Tenemos en proyecto una serie y tres películas, una con una parte importante en catalán”

Autor: Quim Pascual (Ajuntament de Castellar del Vallès)

El pasado 13 de febrero visitaba el Festival BRAM de Castellar del Vallès uno de los tres directores de una de las películas españolas del año. Jon Garaño presentaba La trinchera infinita, una producción vasco-andaluza ganadora de dos premios Goya, a mejor actriz para Belén Cuesta y a mejor sonido. La película, premiada en el pasado Festival de San Sebastián con el premio a la mejor dirección, retrata los 33 años de encierro de Higinio (Antonio de la Torre), un hombre que vivió durante la Guerra Civil y gran parte del franquisimo encerrado literalmente entre los muros de su casa por miedo a ser delatado por sus vecinos y ser asesinado.

Han pasado meses desde que presentasteis en el Festival de San Sebastián La trinchera infinita y de su posterior estreno en cartelera. ¿En qué fase se encuentra ahora la película a nivel comercial?

La película ha tenido un poco de repunte gracias a los Goya, pero el gran repunte te lo da si ganas muchos premios. Si es verdad que hace unas semanas en los cines Princesa de Madrid algunas sesiones se llenaron, pero ya se programa en muy pocos cines y prácticamente se puede decir que si no ha muerto su vida en cines, casi. Pero nunca se sabe, se puede mantener en esos cines mucho tiempo si mantiene ese número de espectadores durante mucho tiempo.

La vida de una película es infinita, porque una vez terminada el público la podrá ver en un sitio u otro, ¿pero hasta cuándo un director acompaña a su película en esa vida?

Eso depende de la propia película. Nosotros hemos tenido la suerte de que nuestras películas hayan funcionado muy bien a nivel de festivales internacionales, y hemos ido aprendido y nos hemos dado cuenta de que tenemos que ir diciendo que no a estar presencialmente en muchos festivales, porque podemos pasar más de dos años acompañando a la película, y para meterte en nuevos proyectos tienes que dejar de viajar. En el caso de Handia, por ejemplo, tuvimos la suerte contar con  actores que estaban dispuestos a ir a festivales. Sobre todo Joseba Usabiaga que hizo un trabajo excepcional porque se hizo todos los festivales del mundo, ya que nosotros estábamos preparando La trinchera infinita y ya no podíamos acudir.

Pero por ejemplo, la primera película que hicimos y es la menos conocida, En 80 días, hizo más de 120 festivales en el mundo y era una película que seguía moviéndose, y eso se hizo que se retrasase la siguiente producción. Al ser la primera también hace más ilusión y tampoco le pones freno a eso. Ahora nosotros, más o menos, nos dedicamos a acompañar a la película en el estreno importante en festivales, luego un refuerzo en el estreno comercial, y luego si ya en la temporada de premios tenemos la suerte de estar. A partir de allá vamos esporádicamente, como estoy hoy en el BRAM o el lunes pasado estuvimos en Tudela, pero ya son cosas puntuales. En el caso de La trinchera infinita todavía nos toca un poco de trajín porque la película se estrena en Francia en mayo. Antes del estreno comercial la distribuidora francesa ha conseguido bastantes festivales y nos va a tocar movernos por Francia. Nos han planificado una ruta bastante curiosa aprovechando que somos tres directores. Yo voy a estar por el sur, por los Pirineos y hasta Nantes, José Mari irá hacia el norte y París, aunque yo en París también estaré, y Aitor Arregi también estará más al oeste, pero en la zona de Lyon. Y Antonio de la Torre, más al sureste, en la zona de Marsella. Haremos cuatro bloques, y entre festivales y proyecciones especiales, igual tenemos unas quince programadas.

Autor: Quim Pascual (Ajuntament de Castellar del Vallès)

Te quería preguntar precisamente por el recorrido internacional, porque se estrena en Netflix y tenía la duda si era un estreno únicamente en España o si también se ha quedado los derechos a nivel internacional.

La trinchera infinita es una coproducción franco-española y fuera de esos territorios es una película de Netflix. El 28 de febrero se estrena en todo el mundo y eso supone que no hemos podido hacer festivales fuera de España y Francia. Ahora parece que una vez estrenada en la plataforma si hay festivales interesados sí podremos estar, pero hasta que se estrenase en Netflix no podíamos estrenarla en festivales, además en algunos importantes que se interesaron. No se pudo, pero como en Francia y España es diferente pues nos aprovechamos de eso.

Hace unos días oí a un director decir que las plataformas, en general, están muy bien porque abren en una única ventana una audiencia a todo el mundo, pero que muchas veces se inmiscuyen en la producción y los contenidos de la película. ¿Cómo fue para vosotros trabajar con Netflix?

Para nosotros Netflix ha sido una pieza clave para poder hacer la película, han completado el presupuesto, así que no hay ninguna queja en ese sentido. Luego, obviamente, lo que a mí me gustaría es que, igual que en España, en otros países se estrenase en cines. Es una película que se disfruta mucho más en cine, por la imagen pero también por el sonido. Pero no va a poder ser y te da pena, pero también es verdad es que si no llega a ser por ellos no podríamos haber hecho la película. Lo ideal sería, para mí que soy un romántico y un nostálgico, que se pudiesen hacer las dos cosas. Que el modelo que se ha hecho en España también se pudiese hacer en otros países. A parte de eso, en nuestro caso no hubo ninguna interferencia por su parte. Se leyeron el guion y le gustó.

Para nosotros Netflix ha sido una pieza clave para poder hacer la película. Si no llega a ser por ellos no podríamos haber hecho la película.

Handia está en Netflix, pero entró más tarde, ¿no?

Sí, sí… y Loreak está en Netflix en muchos países, aunque no en España. En Estados Unidos, por ejemplo, Loreak se estrenó comercialmente. Handia también, pero fue un estreno más pequeñito, pero Loreak se estrenó en varias ciudades y ahora está en Amazon. Según en qué país, la película está en plataformas diferentes, y no será el caso de La trinchera porque Netflix ha estado desde el principio.

¿A nivel comercial, estáis contento con el resultado en taquilla de La trinchera infinita? ¿Se han cumplido las expectativas?

El resultado estaba dentro de las posibilidades, no es algo para echar cohetes, pero tampoco es un desastre. Ahora mismo está en un casi un millón trescientos de recaudación. No es una gran cifra pero como nosotros venimos de hacer películas en euskera esta cifra nos parece muchísimo. El otro día un distribuidor nos decía que era poco, porque él cree que la película está muy bien y que más gente debería haberla visto. Otros nos dicen que es mucho teniendo en cuenta que es una película que tiene una venta difícil, porque es una película sobre la guerra civil y eso puede no atraer a mucha gente, aunque es cierto que eso son mitos porque luego Amenábar ha hecho un taquillazo. Luego está el tagline: una persona que se encierra en su casa. Entonces la gente ya se imagina que va a ver una película muy densa, con pocos personajes y que pasan pocas cosas. Mucha gente nos ha dicho: la vi con muchísima pereza, pero luego nos gustó, y lo que es un alago también tiene algo malo, porque la viste, te gustó, pero te daba mucha pereza verla. Y luego está la duración. Es una película de dos horas y media. Y es una duración muy grande para la gente y también para las sesiones, porque los cines te programan una sesión menos, y es un problema a no ser que tengas una película de superhéroes, que ya puede durar lo que haga falta, porque te la ponen en varias pantallas… pero nosotros solo tenemos espacio en una pantalla.

¿En el momento de producción y edición de la película pensasteis que la película no podía durar tanto?

Obviamente era una preocupación que teníamos, junto a los productores y los distribuidores. Hicimos una primera versión que duraba tres horas pero vimos que era imposible, y la rebajamos a dos horas con cuarenta y dos minutos que, como curiosidad, es lo que medía el gigante de Handia. Durante mucho tiempo tuvimos esa versión y no éramos capaces de rebajarla, pero al final sí conseguimos hacer una versión de dos horas y media, que sin créditos finales era dos y veintipico. Ya cuando teníamos esa versión que más o menos nos gustaba, aunque hubo algunos cambios, se la enseñamos a los productores y distribuidores y todos coincidían que les gustaba la película pero persistía el problema de que era muy larga. Se hicieron varios esfuerzos por acortarla. La versión más corta que hicimos duraba dos horas y dos minutos, y la verdad es que pasaba una cosa curiosa, y es que quitando cosas la película se nos hacía más larga porque al final no empatizabas con los personajes, te daba igual si salía, porque salía… te daba todo mucho más igual. Hacia el final no había ninguna tensión cuando entraba el vecino, (perdón por el spoiler) pero era como que no empatizabas para nada con los personajes. Y ahí es cuando tomamos la decisión de que, a pesar de que comercialmente no es bueno y que sabemos que a mucha gente la película se le iba ha hacer larga, porque hay espectadores que hoy en día tienen menos aguante.

Sí, la gente se puede ver una temporada de una serie en dos días, pero una película de dos horas y media les parece larguísima.

Sabíamos que teníamos que oír eso de que la película está bien pero le sobran veinte minutos, pero somos muy conscientes de que si le quitábamos veinte minutos la película no funcionaba, así que decidimos que esto es lo que había… tuvimos que rebajar las expectativas en taquilla, pero también te digo que si hubiésemos hecho esa película igual no hubiésemos llegado al millón trescientos, porque igual no hubiese seleccionada en San Sebastián ni hubiese tenido la acogida que ha tenido, podría haber sido una película más. La versión de dos horas era una película que a nosotros no nos decía nada. Tenemos la suerte de que tenemos unos productores que confían en nosotros y compartimos la manera de entender como son las cosas. A todos nos gustaría hacer más taquilla, pero bien, no hay quejas porque estamos contentos.

Handia era una película abierta, llena de viajes, en cambio La trinchera infinita es una película cerrada en espacios y personajes. ¿Por qué este cambio de registro que os empujó a salir de vuestra zona de confort?

Fíjate que quizás para nosotros sentimos que nos daba más vértigo hacer Handia que La trinchera infinita. Luego haciéndola nos dimos cuenta de las dificultades que tenía la película. Hay en el cine esta idea deque una historia con pocos personajes y pocas localizaciones parece una película sencilla, aunque luego viene el director de producción y te dice que no hay película sencilla. Handia era una película complicada para el presupuesto que tenía.

¿Cuánto era?

Eran tres millones, pero es una película con un montón de exteriores, un montón de efectos, de figurantes, decorados… constantemente estábamos cambiando de lugar de rodaje y eso es lo más caro que hay en el cine… La gente en el extranjero se sorprendía mucho, teniendo en cuenta de donde veníamos es una superproducción.

Es mucho dinero, pero viendo el resultado, con la complejidad de la película, parece poco.

El ayudante de dirección, Telmo Esnal, que también es director de cine y que ha trabajado como ayudante de Álex de la Iglesia, decía que Handia era la más barata que ha hecho en mi vida, porque para hacer todo lo que hicimos, es poco…

¿Y cómo o dónde encontrasteis la idea para la película?

La razón por la que hicimos La trinchera infinita surge de un documental que produjeron nuestros socios y coproductores de La Claqueta, que se llama 30 años de oscuridad, dirigido por Manuel H. Martín. En el documental se contaba la historia de varios topos pero el hilo conductor era Manuel Cortés, conocido como el topo de Mijas, que es el más célebre. Al verlo, José Mari Goenaga dijo que veía en esa historia una película de ficción, no tanto por dar testimonio a los topos, que también, si no porque nos parecía interesante hablar sobre el miedo, que es algo que nos motivaba. Porque es la razón por la que él se oculta en su casa y es la razón por la que él permanece durante tantos años escondido, y como ese miedo puede ir mutando, como ese medio que aparece al principio como muy físico, de salir a la calle y que te puedan pegar un tiro, luego disminuye de alguna forma, pero el miedo se te ha metido tan en los huesos que eres incapaz de dar un paso. Eso nos parecía como muy interesante. La motivación principal era hacer una película que hablase sobre el miedo. Y luego nos ponía ante el reto de contar ese miedo desde el punto de vista subjetivo de una persona. Tú cuando cuentas una historia así, tienes muchas tentaciones, puedes irte a muchas historias que están fuera, pero decidimos agarrarnos a la historia de Higinio y que todas las escenas quedasen en off. Era como un experimento cinematográfico que nos apetecía hacer.

Está bien hablar sobre el miedo sin hacer una película de terror.

Las películas juegan con el miedo en el espectador, pero nosotros queríamos hacerle partícipe al espectador de una reflexión sobre el miedo a través del que siente el protagonista. Aunque ya luego en la película casi no hay, en un principio había momentos que finalmente se quitaron que se acercaban más al género del terror, a través de unas ensoñaciones que tenía, aunque finalmente casi no queda nada de eso.

Todos somos hijos de Kimuak, que es un programa de difusión de cortos vascos que ha hecho mucho por el cine vasco

El cine vasco este pasado 2019 ha tenido un año maravilloso gracias a películas como Ventajas de viajar en tren, El hoyo y La trinchera infinita. El País Vasco siempre ha tenido su pequeña industria, pero ¿crees que lo de este año es flor de un día o nos debemos acostumbrar a años tan buenos porqué se está consolidando una potente industria de cine vasco?

Yo creo que en el País Vasco se está haciendo cine muy interesante y muy variado. Da la casualidad que este año las películas que han estado ahí no hay ninguna en euskera, pero en los últimos años ha habido películas en euskera que han funcionado muy bien a nivel de festivales. Todos somos hijos de Kimuak, que es un programa de difusión de cortos vascos. Yo creo que Kimuak ha hecho mucho por el cine vasco. El director de la filmoteca vasca, Josean Fernández, en un seminario que se organizó en los cursos de verano en San Sebastián hace dos o tres años, hablaba de las diferentes generaciones de cine vasco. La primera era la de Montxo Armendáriz, Imanol Uribe, Pedro Olea y Javier Aguirresarobe, como director de fotografía. Luego vino lo que se llamó el nuevo cine vasco, en los 92, con Julio Medem, Álex de la Iglesia, Juanma Bajo Ulloa, Enrique Urbizu… y luego de repente surgimos nosotros ya en la segunda década del siglo XXI, en los años 10, y todos nosotros venimos de hacer cortos que han estado en Kimuak. Entonces él nos puso el nombre de la generación Kimuak. Tanto Artiz Moreno, como Galder Gaztelu-Urrutia como nosotros hemos tenido nuestros cortos ahí, junto con Borja Cobeaga, Nacho Vigalondo, Asier Altuna, Telmo Esnal, Koldo Almandoz… Y ahora dicen que hay una nueva generación que están haciendo cosas más experimentales, haciendo cosas muy interesantes en el terreno de la no ficción. Yo creo que estamos en un momento muy bueno, y sobre todo lo que me gusta es que se está haciendo cine diferente. Por ejemplo, Paul Urkijo, hizo una película como Errementari, una película de cine fantástico y en euskera. Quién nos iba a decir hace 15 años que se podría hacer una película así, además siendo una película basada en un cuento mitológico que contamos de pequeños sobre el herrero y el diablo. Y ahora tiene otro proyecto que va un poco por ahí.

Una última pregunta que no sé si me podrás contestar sobre próximos proyectos, ¿estáis preparando alguna película, tenéis la tentación de hacer alguna serie como están haciendo tantos directores?

Ahora mismo tenemos varias cosas sobre la mesa y sí que hay una idea de una serie, pero puede salir eso o una película, no sabemos muy bien qué será. Así como hasta ahora siempre que hemos acabado un proyecto ya teníamos claro cuál iba a ser el siguiente, en este caso no sabemos ni qué es lo que vamos a contar ni quienes vamos a estar codirigiendo. En La trinchera infinita hemos sido tres, pero aún no sabemos quiénes serán los dos, pues casi seguro volvemos a esa fórmula. Y no sabemos todavía el proyecto, aunque la verdad es que son proyectos que nos motivan y que son muy diferentes entre sí.

¿Y de vuelta al País Vasco y en euskera?

Pues mira, como no te voy a decir el tema y va a ser una respuesta muy genérica, te puedo decir que hay una que es en euskera, que es la adaptación de una novela que nos gusta mucho, luego hay otra que es en castellano que tiene una parte importante en catalán porque pasa en parte en Cataluña, y luego otra que sería en euskera y en castellano, así que tenemos de todo. Nosotros queríamos tener claro en febrero el proyecto, pero ya estamos terminando el mes y no sabemos aún, nos hace falta tiempo y es importante no precipitarse. Ahora que estamos bien posicionados en la industria puedes precipitarte por las prisas y no dar bien el paso y tropezar.

Estaremos atentos a próximas noticias, ¡muchas gracias!

Pablo Sancho París
Acerca de Pablo Sancho París 393 Articles
Licenciado en Historia del Arte y Comunicación Audiovisual por la U.B., Master en Ficción de Cine y Televisión por la U.R.L. y Master en Film Business por ESCAC. He sido presidente de la Federació Catalana de Cineclubs entre 2015 y 2017, siendo actualmente responsable de proyectos de la entidad. Además, soy el programador de Cine Club Vilafranca, que gestiona la Sala Zazie y el Cine Kubrick de Vilafranca del Penedès. Además, he compaginado estas tareas con la de cronista cinematográfico, profesor de cine en talleres para niños y adolescentes, y la realización de audiovisuales y cortometrajes de ficción. Me podéis contactar en pablosanchoparis@industriasdelcine.com.