El futuro incierto de las salas de cine

Disney reorganiza toda su división de entretenimiento priorizando el streaming ante el difícil escenario que viven las salas de cine

Empecemos por el final. Este lunes, 12 de octubre de 2020, Disney anunció una reestructuración de todo su entramado de entretenimiento para «acelerar» su estrategia de streaming. Según palabras de Bob Chapek, su CEO: «“Given the incredible success of Disney+ and our plans to accelerate our direct-to-consumer business, we are strategically positioning our Company to more effectively support our growth strategy and increase shareholder value” (Dado el increíble éxito de Disney+ y nuestros planes para acelerar nuestro negocio directo-al-consumidor, estamos posicionando estratégicamente a nuestra compañía para mejorar más eficazmente nuestra estrategia de crecimiento y aumentar el valor de los accionistas».

Esta reestructuración supone la creación de una división que va a ser la encargada de la distribución y monetización del contenido del grupo. Es decir, la que va a decidir qué vía va a ser la designada para el rentabilización de sus productos. «Managing content creation distinct from distribution will allow us to be more effective and nimble in making the content consumers want most, delivered in the way they prefer to consume it.» (Separar la creación de contenido de la distribución nos permitirá ser más efectivos y ágiles para que el contenido llegue a los consumidores de la manera que ellos prefieran consumierlos)

Las acciones de la compañía subieron el mismo lunes un 5%.

Era un cambio en cierta medida lógico. Ahora mismo, la compañía no está obteniendo beneficios ni de las salas de cine ni de los parques temáticos. La mayor fuente de ingresos está siendo la plataforma Disney+ que, mes a mes, recibe la cuota mensual de cada uno de sus suscriptores haya o no haya pandemia. Es un ingreso seguro, fácilmente previsible y no sujeto al éxito (muchas veces incierto) de las películas en el cine. De ahí su aumento en importancia dentro del grupo.

Pero estas tipo de plataformas necesitan ser «alimentadas» cada cierto tiempo con nuevos contenidos y, alguno de ellos, deben ser de primer orden. Así se entiende el envío de Soul a Disney+ por navidades.

Este movimiento se ha visto acelerado por otra razón fundamental y es el fracaso de Tenet en salas. Todo el mundo estaba muy pendiente de la película. La cinta parecía como el salvavidas del cine y, al final, parece que va a ser la puntilla. Sus malos datos en general ha provocado un tsunami en los estrenos del resto de blockbusters, retrasándolos todos varios meses.

Pero, además, las compañías necesitan presentar resultados cada trimestre. Está claro que la pandemia ha afectado muchísimo al negocio de las compañías. Si se siguen retrasando estrenos, hay que vender que se están haciendo movimientos en busca de maximizar resultados en el único departamento que da buenas noticias, y ése es el streaming.

En el caso de Disney, sentó las bases mandando a Mulan a su plataforma. Parece que no les ha salido muy rentable a primeras (por eso no se va a replicar el modelo con Soul) pero no todo son malas noticias. La visibilidad del servicio ha mejorado mucho y eso se traduce en nuevos suscriptores que pagan religiosamente, mes a mes, su suscripción. Todos esos datos no son públicos, pero vemos su consecuencias. Y si Disney da mayor protagonismo a su plataforma es porque le va bien. Al menos, «razonablemente» bien. Pero, como decíamos, esta necesita nuevos contenidos. Si para navidades la situación en cines no mejora, habría que buscar un nuevo aliciente para la plataforma unos meses más tarde. Estamos pensando en Viuda Negra. Sería un verdadero bombazo para Disney+. Un nuevo retraso sería ya casi inasumible y su vía de estreno sería la plataforma.

Por supuesto si hay perdedores en toda esta historia son las salas de cine. Hace unos días se publicaba en El Mundo un artículo en el que la Federación de Cines de España alertaba de que a finales de año, el 96% de las salas iban a tener problemas de solvencia. Pero, ¿esto significa que vayan a desaparecer todas? La respuesta es no, pero que va a haber muchos cambios, probablemente.

Hablemos primero de las salas de autor o cines independientes. Aquí en España no tenemos datos, pero sabemos que en Reino Unido se está viviendo un boom en este tipo de cines en detrimento de las salas convencionales. Básicamente, el público está optando por películas que en principio no verían, pero ante la falta de estrenos, deciden ir a ver. Eso es algo de lo que podríamos aprender en España. Una mejor publicidad, quizás, de estos otros títulos serviría para que la asistencia a este tipo de salas mejorara.

El público de estos cines, además, es muy fiel, le gusta ir al cine y el tipo de película del que disfrutan apenas es demandando en las plataformas. Es el cóctel ideal para sobrevivir.

Pero otra cosa muy distinta son los grandes complejos. Con enormes alquileres que pagar y gran número de empleados, necesitan llenar salas. Y desde el confinamiento, solo Padre no hay más que uno 2 lo ha conseguido. Así, su futuro parece mucho más complicado. ¿Pero desaparecerán? No tiene por qué. Unas lo harán y otras no.

En Estados Unidos, la mayor cadena de cines AMC (de la que forma parte nuestra Cinesa) estuvo a punto de bancarrota a principios de año. Y, a pesar de que salvó los papeles, la pandemia la está colocando al borde de la quiebra. En EEUU la recaudación semanal apenas llega al 7% de lo que se recaudaba el año pasado. Así que, si esto no mejora (y las perspectivas no son halagüeñas) se podría ver abocada al cierre o a la venta. ¿Y quién estaría dispuesta a comprarla?

Pues probablemente las majors. Hagamos un inciso, el pasado 7 de agosto se aprobó el final de los llamados Paramount Decrees, unas leyes antimonopolio establecidas en los años 40, en las que se prohibía a los estudios comprar cines. Ahora ya sin esas restricciones, ¿por qué no podría comprar, por ejemplo, Disney a AMC sobre todo si es a un buen precio?

Porque hay que pensar también a largo plazo. A pesar de la pandemia y del auge del streaming, el público no ha olvidado eso de ir al cine. La pandemia pasará, antes o más tarde, pero pasará. Y el gran público volverá al cine a ver el blockbuster de turno. Y, por ejemplo, Disney no debería pasar la oportunidad de controlar todo el negocio del cine, desde la producción a la exhibición. Así no tendría que repartir a medias el precio de la entrada con el dueño del cine. Negocio redondo.

Eso sí, si esto ocurre, no todos los grandes complejos sobrevivirán, solo aquellos que den beneficios y estén situados en las mejores localizaciones.

Por último, lo que sí parece que pasará a mejor vida son las ventanas de exhibición (el tiempo entre el estreno en cine y el estreno en otra vía) Si Universal ya llegó un acuerdo precisamente con AMC para reducirlas a 17 días, esta será la práctica habitual a partir de ahora. Lo vamos a ver con Los Croods 2 que se estrena en cines el 25 de noviembre en EEUU y 19 días después estará disponible en alquiler, justo para Navidad.

En resumen, grandes cambios se avecinan. Les iremos informando de ellos.

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