Mario Casas presenta en Sitges 2020 la película ‘No matarás‘, distribuida por Filmax y dirigida por David Victori
Hoy llega a unas carteleras sacudidas por las restricciones que obliga el COVID-19 una de las películas que más expectación levantaron el primer fin de semana de Sitges 2020.
No matarás es la primera colaboración del actor Mario Casas con el director manresano David Victori, que se dio a conocer por ganar con La culpa un concurso de cortos patrocinado por Youtube y cuyo siguiente corto, Zero, fue producido por Ridley Scott y Michael Fassbender.
Después de debutar en el largo con la irregular El pacto, con No matarás confirma que las altas expectativas que se habían creado alrededor de él no eran infundadas. Sin lugar a dudas estamos ante uno de los mejores thrillers españoles de los últimos años.
Un grupo de periodistas nos sentamos a la mesa en Sitges con David Victori y los protagonistas de la película Mario Casas (Dani Aranda en la película), Milena Smit (Mila) y unos tímidos Fernando Valdivieso (Rai) y Elisabeth Larena (Laura). Este es el resultado de esa conversación.
¿Cómo construisteis vuestros personajes?
Mario: Ninguna escena estaba ensayada, solo la pelea por una cuestión técnica, Con especialistas. Nosotros los actores nunca nos conocimos. David trabajó con cada uno, antes de empezar la peli, construyó cada personaje y después nos juntó en el cinco y acción.
David: La pelea se ensayó a nivel técnico con especialistas. Mario trabajó con un especialista que hacía de Fernando para marcar como sería la pelea, y Fernando hizo lo mismo. Pero ellos dos juntos nunca pudieron ensayar. También en la escena de sexo había una pequeña coreografía.milen
Milena: Nosotros habíamos marcado la mecánica para saber dónde teníamos que pasar, el recorrido de donde empiezas y donde acabas.
David: El sexo se ensayó como una pelea, también con dobles.
Mario, ¿cómo construyes el personaje sabiendo que es un continuo in crescendo teniendo en cuenta de que la película se rodaría desordenada?
Mario: La película se rodó cronológicamente, que fue una de las cosas más potentes de la película. Yo vivía todo el rato lo que le estaba pasando al personaje, y teníamos muy claro que había pasado el día anterior y nos cogíamos a eso. En los ensayos trabajamos la creación del personaje, hablar mucho y entender como es este tipo.
Para mí lo más interesante es ese experimento que yo nunca había hecho en el cine ni en la televisión era no conocer a los actores. Uno siempre dice que tiene que haber química, tienes que construir una relación para que parezca que os conocéis, para que haya algo. Pero lo que está en la peli, esa química que hay con Milena, fue porque no nos conocíamos. Nos tenían separados, y en el momento de la hamburguesería, cuando ella aparece, se sentó en la mesa y allí fue cuando conocí a Milena.
David: Hubo un encuentro previo donde estaba desequilibrada la balanza, en el sentido que generamos una improvisación de cinco horas con Mario dentro del personaje y que culminó en un masaje en un spa de verdad, en Barcelona, donde la masajista era Milena. Lo que tratamos de buscar con eso fue desequilibrar a los personajes. Mario estaba de espaldas, casi no pudo ver a la persona que le estaba tocando, pero sensitivamente la pudo sentir. Pero Milena sí pudo ver a Mario, tocarlo. Y esa relación de desequilibrio es la que sucede en la película, porque siempre el personaje de Mila está por encima de Mario, su energía está por encima. Y con esa sensación fue con la fuimos al rodaje. Ellos se conocen en toma, pero hay ese recuerdo previo que los amolda a nivel sensorial.
David, ¿decides desde preproducción que todo sea improvisado?
David: Había un guion pero ellos tenían la premisa de que había libertad absoluta. El guion tenía que servir para cuando fuera necesario para ellos. Para nosotros toda la idea era generar conexión con el presente y que nunca una idea preconcebida estuviera por encima de lo que naciera en el momento.
Por ejemplo, los personajes Daniel y Laura sí tienen un vínculo previo porque son hermanos y no se conocen en la película, si no previamente. No quería que se conocieran como personas, se tenían que conocer como personajes. Como con Mario ya habíamos hecho el trabajo previo del personaje y con Elisabet también, su primer encuentro fue dentro de un escape room, resolviéndolo juntos desde el personaje. Desde Dani y desde Laura. Y ese fue su vínculo. Fue muy bonito, por lo que me contaron. Lo resolvieron desde la relación construida como personajes.
Mario Casas: “El motor del personaje era no saber decir que no, porque hay gente que no es capaz”
Mario, te he visto en muchas pelis es la vez que más he empatizado con tu personaje, igual porque interpretas a un tipo normal. ¿Qué características de tu personaje crees que diferencia a los que has hecho antes, algunos de los cuales también se han visto dentro de espirales de violencia?
Mario: Es un personaje que no había hecho. Cuando David me manda el guion y entiendo el personaje y hablamos, tenemos una conversación y me dice como quiere rodar la película. Me pone unas referencias como Victoria, Good time y el primer capítulo de The night of y eso me atrapa. Para el personaje fue conseguir construir alguien muy bueno, alguien que no sabe decir que no. Para nosotros era lo más importante. El motor del personaje era no saber decir que no, porque hay gente que no es capaz.
En la película hay algo en el principio, se ve que es una persona reprimida, como funciona, como actúa, es alguien que está sumergido en un sitio bastante ambiguo. Es muy bueno, sí, pero porque no tiene las herramientas de comportarse de otra manera, que es lo que veremos durante la peli.
Es alguien que, según yo lo veo, tiene una oscuridad, desde el primer momento y lo vas a ver en el plano final. Como guion y los actos que pasan en la peli lo colocan en un sitio con el que empatizar.
David: La película es el estudio de un personaje, de cómo ser una buena persona, si no nace del sitio correcto, es una neurosis. Ser buena persona es una forma de colocarte en el mundo, defendiéndote de lo que te da miedo de ti mismo. Cogemos a un personaje así, que no es autoconsciente de esta neurosis, para llevarlo al límite para que se libere, y conecte con su parte más animal y visceral.
El personaje de Daniel vive un elige tu propia aventura, y en ocasiones hay un cruce de caminos. La cámara es un personaje más de la película. ¿Cómo la planificasteis para pasar a partir de los planos de la serenidad a la tensión?
David: Una cosa que tuvimos muy clara desde el inicio es que debía ser una experiencia sensorial en el que el espectador tuviese un papel muy activo. Eso nos llevaba a un tipo de lenguaje a nivel formal, pero lo acabamos de rematar con la decisión de que los actores fueran el centro de la película. Nosotros en un momento dado elegimos que los actores no pudieran estar nunca coartados por la técnica, y fue difícil, fue complejo porque el equipo técnico no está acostumbrado a eso, si no a hacer su trabajo de la mejor manera posible, favoreciendo al actor, favoreciendo al plano…, pero nos pareció que para que consiguiésemos captar verdad y que la película naciera del momento presente les teníamos que dar ese espacio a los actores para conseguir esa evolución que al rodar de forma cronológica podría existir de verdad. Y lo que acaba pasando también es que, el operador de cámara, Edu Canet, es un actor más de la película. Yo le ponía la música, igual que a ellos, le hacía entrar en catarsis con ellos. Cuando cortábamos, estaba en el mismo estado emocional que los actores. Es lo que ha llevado ese lenguaje tan conectado a lo que está pasando porque se fusionaba con las acciones de ellos.
Mario: Hay algo, al principio de la peli, con lo que le pasa a su padre… no se ve en la película, pero yo lo dejo ahí… hay un karma. Yo creo que al personaje le pasa lo que le pasa, por algo que hay en la primera escena, pero David nunca me lo compró.
David: Hay una cosa que es muy interesante. Si él en la hamburguesería hubiese aceptado el billete de avión a Berlín, él nunca se hubiese ido con Mila. Hay algo ahí de que… eso que no decides la vida te lo trae como destino. Cuando tú no eres capaz de elegir, de tomar decisiones de forma activa para ir hacia donde tu instintivamente quieres ir, la vida te lo acaba trayendo. De alguna manera él no quiere salir de la zona de confort, no se atreve por medio, por prudencia, y la vida lo acaba llevando por el mismo sitio que el viaje que él quiere emprender, que es de autodescubrimiento.
La historia es muy sencilla a nivel de trama y la premisa era estar en los cinco sentidos de Dani. El formato se mueve, según el personaje, su experiencia interna. Descartamos el formato panorámico, porque queríamos un formato que no te diera más información que la de los hombros del personaje. Usamos un formato que apenas se usa que es el full frame, y pensamos que ese tenía que ser el lenguaje con el que viajar con Dani. Toda la demás información sobraba. Quería lo que estaba en la mirada de él. Usamos una sola óptica, que es el 50mm, que es la óptica que se parece más a la mirada de las personas, no la cambiamos nunca. Nos ceñimos a estas limitaciones para generar un lenguaje coherente.
David Victori: “Cuando tú no eres capaz de elegir, de tomar decisiones de forma activa para ir hacia donde tú instintivamente quieres ir, la vida te lo acaba trayendo”
Milena, ¿de dónde has salido y dónde has estado hasta ahora?
Milena: Esa pregunta es exactamente la que me hizo David cuando llegué al casting, de dónde había salido.
David, ¿cómo la encontraste y le diste un personaje tan potente a una actriz debutante?
David: Yo llevaba mucho tiempo con ese personaje en mente. La primera vez que escribí algo de este guion hace 7 u 8 años. Y la idea de cómo era Mila siempre estaba ahí.
Las opciones que vimos con el director de casting, con actrices más conocidas, no nos funcionaban porque estábamos buscando algo genuino y con esa dualidad interna. Por un lado, es una especie de imán que te atrae de forma irracional y animal y por otro lado sabes que es un agujero negro que te acercas y te destruye. Queríamos que estuviese de serie en la actriz que tuviese que llevar el peso del papel.
Al no encontrarlo, le pedí al director de casting que se volviese loco buscando, que esa actriz debía estar en algún sitio y que cuando apareciese sabríamos que es ella. Empezó a mandar mensajes random a todo tipo de personas, a ella la encontró en Instagram. Le pidió una cinta, nos la mandó y ahí empezó todo el descubrimiento. Un periodista me ha dicho antes, buscabais a un gato y habéis encontrado a un jaguar.
Milena: Yo no era actriz. A mí me llegan a través de Instagram. Yo trabajaba en un hotel de recepcionista, y no tenía ni idea de cómo preparar un casting, ni trabajar un texto ni un personaje, pero probé a ver qué pasa. Cuando empezamos a trabajar los castings con David, hicimos una especie de improvisación con el personaje de Rai y Mila, construimos la relación ahí, con otro chico que hacia el personaje de Dani. Nos ayudaba a encontrar ese momento, ese punto de inflexión de su vida, pero estaba más enfocado hacia la relación entre los dos. A mí en un momento se me olvidó que estábamos en un casting. Hacíamos ejercicios de meditación, tantra. Fue impactante para mí. Cuando salí de allí recuerdo que llamé a mi madre y le dije: aquí van a pasar dos cosas o se la juegan o no.
Construí el personaje, como no era actriz, desde mis propios demonios. Hablé con David y le conté toda mi vida prácticamente. Ahora mismo tengo mis dudas de quien es Mila y de quien es Milena.
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