A una semana de la ceremonia de entrega de los Premios Goya hablamos con el director de una de las películas españolas del año: ‘Ane’.
Ane, la ópera prima de David Pérez Sañudo se presentó en el último Festival de San Sebastián, donde consiguió el premio al Cine Vasco. Además opta a tres premios Feroz (mejor película, actriz protagonista y guion) y su protagonista, Patricia López Arnaiz ganó hace unas semanas el Premio Forqué a la mejor actriz de cine de 2020.
En los premios Goya acumula cinco nominaciones: mejor película, mejor dirección novel, mejor guion adaptado para el director y Marina Parés, mejor actriz protagonista para Patricia López Arnáiz y mejor actriz revelación para Jone Laspiur.
Ambientada en Vitoria en el año 2009, la película sigue a Lide, una joven madre que trabaja como vigilante de seguridad en las obras del tren de alta velocidad y que descubre que su hija adolescente, de nombre Ane, no ha dormido en casa. En busca de su paradero, se adentra en el mundo de Ane, descubriendo que su hija se ha convertido en una desconocida que no es, a ojos de su madre, quien parece ser.
¿Cómo estáis planteando la campaña por el Goya en un año donde es tan difícil la promoción presencial y acompañar a la película?
Con Ane hemos aprendido lo que era hacer una campaña porque la película está autoproducida y no teníamos concebido en inicio la necesidad de afrontar así estos meses previos a las nominaciones en los que más o menos la película se juega todo. Como, supongo, es bastante similar en otras películas modestas como Ane, se mueven un poco a merced de los resultados y de las opciones que vayan apareciendo por el camino. Para nosotros el objetivo era intentar estrenar en un buen festival, tal vez en la sección Nuevos directores de San Sebastián, que sí pensábamos que podría ser interesante. Se consiguió y sí que es cierto que después de la acogida, cuando empezamos a ver que sobre todo Patricia tenía opciones de conseguir una nominación, empezamos a pensar qué hacer para hacer campaña, que en nuestro caso era, quizá a diferencia de otras películas, que la película se viese un poquito más porque no se había visto.
Estrenamos Ane el 16 de octubre, justo con el inicio de la segunda ola, con restricciones muy fuertes en Navarra, que era uno de nuestros principales territorios de referencia, con el cierre de los cines de Cataluña en la segunda semana y sin la sesión de las 10 de la noche. Esa sesión nosotros no la hemos llegado ni a conocer. Con este panorama, ¿como afrontas una campaña? Allí es donde entra en juego Eva Herrero, nuestra jefa de prensa, y la crítica, que nos habéis ayudáis mucho: los medios generalistas, los blogs y los medios especializados. Han ayudado se haya visto un poquito más y que nosotros empujemos para que las dos actrices se conozcan y la película se vea.
¿Y cómo os vais a preparar para la gala virtual? ¿La seguiréis desde casa?
La gestión está siendo complicada, y para las productoras también es compleja. En nuestro caso somos solo cinco personas nominadas, pero que tienen que ser grabadas en directo, y vivimos en cinco puntos diferentes. Marina Parés, la guionista, está en Málaga, Patricia está rodando en Andalucía… ¿y cómo aglutinas todo eso?
Estamos viendo opciones para juntarnos, pensábamos que, de cuatro en cuatro, pero tendremos que hacerlo de dos en dos o estar solos porque estaremos con un equipo de cámara y sonido. Intentaremos estar en un mismo espacio, como un hotel, pero en habitaciones diferentes. No podremos vernos en ningún momento a partir del inicio de la gala y el cierre domiciliario. Sí al menos espero que podamos compartir un café durante la tarde y estar en las habitaciones de al lado. Y por lo menos asomarse al pasillo y saludarnos. En nuestro caso somos muy poquitos. Imagino que para quien tenga muchas nominaciones será más difícil esa gestión. Pero bueno, están pasando cosas más graves, al final son problemas del primer mundo.
Si te parece hablamos de la película, porque supongo que mucha gente la está descubriendo a partir de las nominaciones.
Ahora está funcionando mejor en los cines, pero es a remolque de los Goya, que bienvenido sea.
‘Ane’ parte de un corto del mismo título estrenado hace un par de años. ¿Cómo decides convertir el corto en tu primer largometraje, o teníais planeado hacer el corto para intentar levantar después el largometraje?
Marina Parés y yo hacemos el corto para financiar la película, para mostrar la aproximación a la época, al 2009 y al contexto tan concreto que trata, pero luego la película varía muchísimo. Empezamos a escribir la película en el 2016 y en el 2017, como actividad del desarrollo decidimos hacer el corto, que se rodó en 2018. El corto tiene un objetivo, una temática y un enfoque diferente, ya que es de género fantástico.
Respecto al corto, cambias al elenco. ¿Cómo conocéis a Patricia López Arnaiz y porqué la eliges a ella para el papel de Lide? ¿Qué aportaba al personaje que habíais escrito?
Nosotros conocimos a Patricia por una casualidad y unos meses antes de rodar la película hicimos un cortometraje que se titula Un coche cualquiera, en el que ella hacía un personaje de una chica un poco trasnochada, un papel nocturno de una persona que bebía, y ahí vimos que tenía una capacidad brutal. Y como el personaje de la madre de película Ane estaba un poco al límite, lo vimos claro. Tanto por la apariencia física, la edad, su propia capacidad y su sensibilidad. Patricia es de estas actrices que es capaz de trabajar en extremos muy distintos. En lo más hierático y minimalista y de máxima economía gestual, y también en lo más explosivo y exuberante. Y el personaje de la película era eso y le iba como del anillo al dedo. Ella puede hacer cualquier cosa, puede hacer papeles muy distintos. Yo no tengo tantísima experiencia, pero sí que llevo unos cuantos años participando en rodajes y dirigiendo mis propias cosas y no he visto a muchas actrices a este nivel, honestamente. Creo que es una actriz llamada a tener una presencia muy importante en los próximos años.
Es curioso su caso, de repente apareció hace unos pocos años y se está convirtiendo en una presencia constante. Yo no la conocía, creo que la descubrí en ‘La peste’, y pensé ¿de dónde ha salido esta actriz?
Supongo que Alberto Rodríguez y Rafa Cobos tuvieron mucho ojo al darle esa oportunidad. Creo que su primera película en el cine fue en 80 días, la película de los Moriarty, que luego harían Loreak y Handia. Si vas atando y uniendo piezas, vas viendo la gente tan talentosa con la que ha trabajado y que la habían llamado para sus primeras oportunidades. Ya había pistas que permitían pensar que era cuestión de tiempo que llegase a donde ha llegado.
“Patricia López Arnaiz es una actriz llamada a tener una presencia muy importante en el cine español de los próximos años.”
Tanto el cine que hace Alberto Rodríguez como el que hacen Goenaga, Garaño y Arregi me parece de lo más interesante que hay ahora mismo. Y pronto llegará La hija, de Manolo Martín Cuenca, una película que tiene una pinta estupenda.
‘Ane’ destaca por sus personajes femeninos fuertes, una madre y una hija. Se habla mucho de la falta de personajes femeninos potentes, pero tú has creado dos para tu primera película. Podrían haber sido padre e hijo, pero eliges que sean mujeres.
En este sentido hay tres factores. El primero tiene que ver con la participación de Marina Parés como guionista y su interés y su capacidad para mirar en las relaciones bidireccionales que se dan dentro de la educación de primer nivel, antes de llegar a la educación reglada, que es la educación que se produce dentro de la familia. Era una curiosidad compartida, pero además ella, al ser chica, tenía otro tipo de referentes y otra manera de mirar.
En segundo lugar, yo llevaba ya unos años interesándome por este tipo de ejercicios, por aproximarme al universo femenino, que evidentemente conozco peor. Todo empezó como un juego que hicimos en un cortometraje llamado Tiempos muertos. Con Sergio Granda, un guionista con el que suelo escribir cortometrajes, habíamos escrito un personaje masculino y se lo dimos a una actriz para ver qué pasaba. Empezamos a hacer este tipo de juegos y nos dimos cuenta de que también se produce algo muy interesante cuando escribes sin pensar en el género, y se lo das de forma indistinta a un hombre o a una mujer.
“Si tenemos que escribir un personaje protagonista y puede ser tanto un hombre como una mujer, vamos a ver si puede ser una mujer.”
Y en último lugar, yo estudio mi doctorando dentro del grupo de investigación GECA de la Complutense: Género, estética y cultura audiovisual. Y hay algo de militancia en esa decisión, porque llevamos tiempo trabajando en visibilizar obras de mujeres cineastas, gracias a la labor del profesor Francisco Zurián, y yo creo que sí que hay algo que es consciente en la elección que hicimos.
Si tenemos que escribir un personaje protagonista y puede ser tanto un hombre como una mujer, vamos a ver si puede ser una mujer.
El conflicto vasco aparece en ‘Ane’ como telón de fondo de la película. ¿Qué te lleva a ambientar esta historia, también conflictiva, entre una madre y una hija a ese marco histórico?
Hay una primera reflexión hecha a primer nivel que tiene que ver con cómo lo colectivo, lo social, termina por afectar de forma inevitable a lo particular, a lo privado, a lo individual y a lo doméstico. Y ahí el conflicto vasco, ya concretado en la oposición al tren de alta velocidad, nos aportaba mucho, en primer lugar, por la proximidad y por lo vivido, y porque como observadores un poco distantes lo conocíamos.
Teníamos muy claro que el tema de la película es la comunicación y que un tren sirve para comunicar. Pero algo que existe para unir dos puntos también separa dos márgenes. En esa imagen tan icónica descansa el poder simbólico de la película, aunque al final todo sirve única y exclusivamente para contar lo particular, la relación intrafamiliar.
La propuesta desde el inicio fue hacer una película fronteriza, de fracturas. La película funciona como un pliegue y madre e hija podrían ser el mismo personaje seguramente: una tiene 34 años, la otra 17.
Ane es fronteriza porque hay una mezcla de géneros entre el drama y el thriller. Es fronteriza porque se cruza una frontera en sentido físico, es fronteriza porque Ane tiene 17 años, que es la edad frontera entre la infancia y la adultez. Y creo que la propia línea divisora del tren es una frontera. Esa idea ha estado desde el inicio pesar de que sabíamos que era arriesgado, por si la película se fracturaba a la mitad con la aparición del personaje de Ane.
Sobre la ambientación de la película en 2009, parece fácil por ser un tiempo muy cercano, pero puede ser una trampa porque en los pequeños detalles está la diferencia. ¿Cómo lo trabajasteis con el equipo de arte y vestuario? A veces no se valora lo suficiente el trabajo de estos departamentos en películas ambientadas en épocas recientes, como en ‘Las niñas’, donde el trabajo, nominado al Goya, de vestuario, es muy importante.
En primer lugar, cada departamento hizo un trabajo de investigación muy importante. Ambientar la película en 2009 te sitúa en una línea ambigua porque, en nuestro caso, al tener bastantes exteriores en muchos momentos el cuerpo te pide improvisar, pero claro, se cuelan cosas que no estaban ahí en 2009. Y casi todas las estas cosas que se cuelan valen o pasan desapercibidas, como las farolas que tienen que ser muy modernas para que te choquen, pero es cierto que no tienes el nivel de comodidad rodando como si lo ambientaras en época actual.
Estoy de acuerdo contigo con lo que dices de Las niñas, es un trabajo muy complejo porque es mucho más invisible. Está claro que en películas como Akelarre siempre es un reto el trabajo de vestuario, que es fabuloso y muy complicado ejecutar. Pero sí que es cierto que el tipo de películas más cercanas también tiene su importancia, como La boda de rosa, incluso. El tipo de colorido que tiene el vestuario es complejo y es una propuesta muy interesante. Los departamentos nos aportan mucho a los directores y a las productoras, porque están habituados a hacer sus líneas cronológicas y temporales y te tienes que fiar de ellos, no puedes abarcarlo todo. Como director, cuando vas al detalle todo se complica.
¿Cómo está funcionando la distribución internacional de la película?
En primer lugar, desde la sección Work in progress del Festival de Málaga en la que participamos, tenemos a Latido Films de compañero de viaje en cuanto a ventas internacionales. Esa es una gran garantía.
A nivel de festivales, ya con lo que hemos conseguido estamos muy contentos. Ane estuvo en Varsovia, que es un festival de clase A. Para nosotros es importante porque nos posiciona de cara a siguientes películas y de cara a buscar financiación en mercados como el de la Berlinale. También hemos estado en el Festival de La Habana, y ahora estamos sufriendo las consecuencias de la pandemia. Por ejemplo, Francia era uno de los lugares importantes para nosotros y queríamos estar en Les Arcs o Angers, que son dos festivales de óperas primas potentes, pero sus programaciones se han reducido mucho, y a veces o no te seleccionan o te seleccionan en una sección secundaria porque hay que hacerlo online.
En cuanto a los cines cerrados en Francia, ahí sí estamos sufriendo, porque una parte, aunque sea minoritaria, de nuestra película se ha rodado en Francia, y tener allí 10 o 12 salas, aunque acaban siendo poquitas, acaban por rentar mucho a una película modesta porque en Francia es muy pasional la asistencia al cine. Y sí sabemos que hay festivales muy importantes que la están seleccionando, pero algunos están a la espera de saber si se celebran o si se suspenden. Ahí estamos sufriendo bastante. Pero muy contentos sobre todo por Varsovia y La Habana, porque son dos festivales muy poderosos, aunque tampoco hemos podido ir y no lo hemos podido disfrutar in situ y ese intercambio con el público no se ha vivido.
¿Estás trabajando con tu equipo en futuros proyectos? ¿Sabes cuál será tu siguiente película?
La verdad es que no se cuál va a ser la siguiente película, pero sí tiene pinta de que alguna va a haber. Estamos trabajando en distintas líneas. Estamos trabajando en un encargo con una cadena y en paralelo estoy con un par de proyectos personales que están a medio financiar. Vamos a ver con calma porque con Ane fue muy doloroso gran parte del proceso porque te lo jugabas todo a una baza, y creo que está bien tener un par de opciones por si algo sale mal no venirse abajo. La situación es durísima, la verdad.
Y sobre los proyectos de uno no puedo hablar y el otro se titula Sacamantecas y está escrito por Joanes Urkixo y Asier Guerricaechebarría. Es una mezcla entre lo social, lo histórico y el género, en este caso. Será una película sobre el primer asesino en serie que hemos tenido y es un personaje muy alavés, muy auténtico y creo que puede haber algo muy interesante ahí.
“Es doloroso ver como Enrique Urbizu, quien nos dio a muchos la primera oportunidad de trabajar en el cine, no ha vuelto a dirigir cine después de ganar seis Goyas.”
Dicen que a veces cuesta más levantar la segunda que la primera película, ya que muchos directores se han quedado en la primera.
A mí es algo que me da bastante temor, prefiero ir con precaución, hacer las cosas bien y tomar los tiempos necesarios porque sobre todo la escritura está muy ligada al tiempo dedicado a ella. No es solo capacidad, talento, también es darle vueltas y vueltas y tener reposo. Ojalá podamos rodar y sepamos medir los tiempos.
Hay gente que tiene una capacidad increíble para crear, como Woody Allen, o mira Álex de la Iglesia como escribe, rueda, escribe y rueda. O la primera etapa de Julio Medem también fue prolífica. Hay gente con una capacidad muy desbordante para producir, pero a nosotros nos cuesta un poco.
Piensa que en el otro extremo está Kubrick, que en sus últimas películas necesitaba años para hacerlas. No es un mal referente.
Piensa que muchos de los que formamos el equipo de Ane nos dedicamos al cine gracias a Enrique Urbizu. Fue nuestro profesor en la universidad y nos dio la oportunidad de trabajar como meritorios en No habrá paz para los malvados (2011). Yo pienso mucho en él. Para mí es un gran referente y que es alguien que después de ganar seis Goyas con su última película no ha vuelto a hacer una. Es doloroso.
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