Uno de los principales problemas en la creación de un guion cinematográfico es transformar ideas y pensamientos en imágenes y acciones. Para Swallow, película a concurso en Sitges 2019, el director y guionista Carlo Mirabella-Davis encontró un método sencillo y efectivo para su premisa: por bizarra que parezca una idea la convierte en literal.
Swallow nos presenta a una joven esposa llamada Hunter e interpretada por una fantástica Haley Bennett, una actriz que vive con el hándicap de ser físicamente una mezcla entre Jennifer Lawrence y Michelle Williams. Hunter es una ama de casa rodeada de muchas cosas con las que poder ser feliz: un marido atlético y con un buen trabajo, unos suegros atentos y poderosos, una casa enorme en el campo, un montón de dinero para comprar cualquier capricho… y un bebé en camino. El American Way of Life canónico. Pero Hunter se siente, literalmente, vacía, y necesita llenar los huecos que una vida aparentemente perfecta no deja de perforar en una personalidad que, también es de justicia decirlo, no es arrolladora.
Cansada de ser una mujer florero encerrada en una jaula de oro, Hunter sigue el consejo de un libro de “autoayuda” que le regala su suegra: hacer algo único y excepcional para poder así sentirse única y excepcional. Así que esa ama de casa perfecta pero ignorada por su marido y los amigos (los de su marido, claro), decide tragarse una canica. Y después una chincheta. Y así continúa con pequeños elementos metálicos que encuentra por su casa, intentando llenar el vacío que ni el embarazo de su primogénito es capaz de llenar.
La protagonista de Swallow se sumerge en un trastorno obsesivo que lleva al límite su salud y la paciencia de su familia política, pues la suya propia hace mucho que vive física y emocionalmente alejada de ella. Con una puesta en escena clásica y un ambiente entre frío y pastel, el día a día de Hunter camina hasta un devenir desesperado y una huída traumática que acabará vaciando después de varios dolorosos encuentros todo aquello que ha tenido que tragar, de manera impulsiva e irreflexiva en sus últimos y dramáticos tiempos.
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