‘Agentes 355’, la CIA viste de Prada

Era mayo de 2018 cuando Jessica Chastain anunciaba en las redes su nuevo proyecto colaborativo con el director Simon Kinberg, con quién había trabajado anteriormente en la superproducción de Marvel X Men: Fénix Oscura. El proyecto, ideado y producido por la propia Chastain (y bautizado Agentes 355 en referencia al código de la primera mujer espía de los Estados Unidos), buscaba reescribir las fórmulas del cine de acción en clave femenina, un género que, según la propia Chastain, está monopolizado por elencos mayormente masculinos.

La película brota, por tanto, del deseo de reunir un equipo de mujeres en acción à la Ocean’s; sólo que, en vez de ejecutar un atraco, la misión de estas superagentes es salvar el mundo de una amenaza inhóspita. Poco sabían por aquel entonces Chastain y compañía que una amenaza inhóspita en forma de pandemia irrumpiría en marzo de 2020, dejándoles con el rodaje a medias y retrasando el estreno de Agentes 355 casi dos años.

La premisa de la cinta es, como mínimo, prometedora: dos horas de Chastain, Nyong’o, Krueger, Bingbing y nuestra Penélope Cruz repartiendo leña, ¿qué más podríamos pedir? En ese sentido, la cinta toma la subversión de roles de género como punto de partida y juega a conciencia con los grandes tópicos del cine de espías, creando un espacio donde ellas toman el control y ellos quedan relegados a un segundo plano, transformados casi en el equivalente masculino de las sensuales femme fatale. Sin embargo, mientras que dicha inversión resulta simpática, queda muy lejos de ser fresca y orgánica y termina convirtiéndose en pastiche.

A pesar de sus trepidantes escenas de acción y de su estelar elenco, del cual cabe destacar las magnéticas interpretaciones de Krueger y Nyong’o, Agentes 355 no termina de fluir. Esto se debe al guion poco suculento, un cajón de sastre de frases cliché, giros predecibles, personajes excesivamente unidimensionales y Macguffins a tutiplén que no justifica las dos horas de metraje.

Estos últimos años, el cine de Hollywood ha experimentado un notable (y necesario) incremento de presencia femenina en el cine de acción, pero mientras que cintas como Atómica (2017, David Leitch) y Ocean’s 8 (2018, Gary Ross) sí supieron crear nuevos universos estimulantes, el filme de Kinberg se queda a medio gas, y lo que realmente sostiene la película es el carisma innegable de sus estrellas.

Sara Vega
Acerca de Sara Vega 7 Articles
Licenciada en Periodismo y Máster en Estudios del Cine y Audiovisual Contemporáneos por la Universidad Pompeu Fabra. También estudié Cine y Medios en la Universidad de Stirling. Me entusiasma el género de terror, al que he dedicado mi disertación final del máster, y siento especial debilidad por Possession de Żuławski. He escrito sobre el mundo del cine en El País y actualmente colaboro en el programa de actualidad cinematográfica Última Sessió. Miembro del XVII Jurado Joven del Festival de Sitges.

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