SITGES 2020. Quinta crónica: la pandemia del existencialismo, una nueva Caperucita Roja y un homenaje a Bruce Lee

Acabamos el repaso de lo vivido en Sitges 2020 con esta quinta y definitiva crónica. Y lo hacemos con nostalgia por ese oasis cinematográfico que fue el festival previo al cierre de los cines en Catalunya (y Francia, Alemania, Inglaterra…) y con la tristeza que nos inunda ante el previsible cierre de toda la cultura, cines incluidos, que se prevé próximo en el resto de España.

Sitges cierra con éxito una edición milagrosa, mucho menos multitudinaria que ha sido compensada con el formato online. Todavía no se conocen las cifras definitivas de espectadores en sala y en la plataforma de streaming creada por el festival para la ocasión. Sea cual sea, será una victoria.

El festival se despidió con la proyección de la icónica El hombre elefante, en el 40 aniversario de su estreno. Minutos antes, en la ceremonia de clausura, su director David Lynch recibió un merecido premio honorífico que recibió de manera telemática, como marcan los cánones impuestos por este 2020.

El equipo de Ángel Sala tiene por delante un año para organizar la 54 edición del Festival de Sitges, que se celebrará del 7 al 17 de 2021. Esperemos que para entonces la distopía haya pasado y hayamos vuelto a la añorada normalidad.

‘She dies tomorrow’ (Amy Seimetz, Estados Unidos)

Amy ha tenido una premonición: morirá mañana. Cuando habla con su amiga Jane, intentará sacarle esa idea de la cabeza, pero no tardará en empezar a sentir la misma sensación, tal y como le confiesa a su cuñada en una fiesta… estamos antes una premonición contagiable. Una alegoría de la pandemia de existencialismo que azota a nuestra sociedad mucho antes de la llegada del Covid-19.

Escrita y dirigida por Amy Seimetz, She dies tomorrow es su segunda película tras Sun Don’t Shine además de ser la creadora de la serie The Girlfiend Experience, basada en la película de Steven Soderbergh.

She dies tomorrow, que se alzó en Sitges con el Premio del Jurado Carnet Joven a la Mejor Película de la Sección Oficial, despertó opiniones contrapuestas. Desde el entusiasmo de algunos críticos importantes hasta una cierta indiferencia de quien escribe estas líneas. Se trata de una película interesante, estimulante en su punto de partida y sugerente en sus imágenes, pero que sin embargo no consigue despegar, o, mejor dicho, se estrella a mitad de vuelo generando más que confusión, que la hay, la sensación de haberse desaprovechado un buen material de partida.

La película se encuentra en cartelera desde el pasado viernes de la mano de Filmin.

‘Cosmogonie’ (Vincent Paronnaud, Bélgica)

Película a concurso que bien podría haber figurado en el palmarés final. Primera película en solitario de Vincent Parannaud, director junto a Marjane Satrapi de Persépolis (2007) y Pollo con ciruelas (2011).

Nos encontramos ante una nueva revisión del clásico de la caperucita roja, con una estructura narrativa del gato y el ratón, aunque los personajes van variando sus roles dependiendo de la situación.

El director no esconde sus cartas, hasta la protagonista viste de rojo. Una chica, de viaje laboral en otra ciudad, sale del hotel sin su móvil, para no sentirse atosigada por las llamadas de su novio, y se va a un bar a tomar una copa. Ahí conoce a un tipo mayor que ella, simpático y carismático, y no tardan en enrollarse. Del coqueteo en la barra, pasan a los besos en la calle y al remate en el coche. Pero alguien (un compinche del seductor) pone el coche en marcha y arranca. La chica ha sido seducida para ser secuestrada.

Un accidente provoca una huida bosque a través, llena de los habituales imprevistos. La acción se sigue con mucho interés, no decae, así tampoco las sorpresas. El punto de vista va variando, centrando gran parte de esa fuga en los secuestradores. Son los malos, pero el director acierta en convertirlos en dos seres divertidos. Salvando las distancias, que son muchas, es una pareja que podría recordar a los malos de Solo en casa, aunque estos van en serio. No solo son dos profesionales de la muerte si no que filman sus atrocidades sexuales por puro divertimento. Son unos sádicos.

Cosmogonie (Hunted en inglés) es una efectiva propuesta, muy poco original, eso sí, que cuenta además con un prólogo desconcertante. Una señora le explica a su hijo/nieto junto a un fuego en mitad de la noche, dos personajes que más adelante vuelven a aparecer, una leyenda que el director resuelve con una preciosa animación. Tal vez lo mejor de la película, aunque finalmente no consiga engarzarse de la mejor manera posible con el cuerpo central del filme.

‘The Dark and the Wicked’ (Bryan Bertino, Estados Unidos)

Última película de la Sección oficial vista en Sitges 2020, premiada con los galardones a la mejor fotografía y una mención especial para Marin Ireland.

Película terrorífica de verdad. De las que gustan ver, de las que luego cuesta dormir. Cruda, angustiosa, desagradable. De las que van por faena, sin circunloquios, directas a provocar la asfixia del espectador.

Dos hermanos regresan a la granja familiar. El padre se encuentra ante el inevitable destino de su muerte, mientras que la madre, que aconseja a sus hijos no aparecer por el lugar, carga con la cruz de vivir la lenta desaparición de su marido y ver como el matrimonio no está solo en esa casa. Una presencia se ha apoderado del lugar, y no tiene escrúpulos, porque no tiene que justificar sus actos. Así tampoco el director, que sitúa a ese demonio, a ese ente maligno sin recurrir a justificaciones absurdas. El mal existe en el mundo, porqué sí. Y a algunos, a veces los más inocentes, se encuentran absorbidos por él, como si el demonio oliese la vulnerabilidad y se apoderase de ella para trastornar a los que están a punto de marchar.

Se agradece en The Dark and the Wicked su concisión (94 minutos) y la normalidad con la que actúan sus personajes, que, pese a verse acechados por el mal no intentan ser héroes, simplemente convivir o sobrevivir. Sin duda, estamos ante una futura película de culto.

‘Furia Oriental’ (Lo Wei, Hong Kong)

Ponemos punto y final a Sitges 2020 con un clásico: Furia Oriental, película que no necesita grandes presentaciones al tratarse de uno de los títulos de culto del cine de artes marciales y de su protagonista, Bruce Lee. La película se ambienta en la ciudad de Shangai, a principios del siglo XX. Lee interpreta a Chen, un joven que vuelve a la ciudad para casarse, pero al llegar descubre que su maestro ha sido asesinado. Se abrirá entonces una investigación para esclarecer su muerte en tan extrañas circunstancias que conllevará una batalla a muerte entre clanes chinos y japoneses.

La película fue estrenada en 1972, un año antes de la prematura muerte del actor, a los 32 años. Para entonces ya era un icono del cine, gracias a la serie The Green Hornet y películas como Kárate a Muerte en Bangkok y El furor del dragón.

En el año del 80 aniversario de su nacimiento, que se celebrará el próximo 27 de noviembre, el Festival ha rendido homenaje, con la colaboración de CineAsia y el Consulado de Hong Kong a este actor que, aunque nacido en San Francisco, es uno de los grandes mitos del cine oriental comercial.

Pablo Sancho París
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Licenciado en Historia del Arte y Comunicación Audiovisual por la U.B., Master en Ficción de Cine y Televisión por la U.R.L. y Master en Film Business por ESCAC. He sido presidente de la Federació Catalana de Cineclubs entre 2015 y 2017, siendo actualmente responsable de proyectos de la entidad. Además, soy el programador de Cine Club Vilafranca, que gestiona la Sala Zazie y el Cine Kubrick de Vilafranca del Penedès. Además, he compaginado estas tareas con la de cronista cinematográfico, profesor de cine en talleres para niños y adolescentes, y la realización de audiovisuales y cortometrajes de ficción. Me podéis contactar en pablosanchoparis@industriasdelcine.com.

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