ZEBINA GUERRA: “Es muy poco productivo paralizarse porque no esté perfecto tu guion, ya se reescribirá”

Zebina Guerra trabaja desde hace años como docente de guion en ESCAC y hace dos años pudo estrenar su primer largometraje como guionista: Mi querida cofradía. Actualmente está desarrollando su primera serie para TV3. Su camino es el ejemplo de que ser guionista no es fácil sino que requiere no perder la constancia y estar lista para lo que venga. 

La primera cuestión, el plato entrante, es básica. Un repaso de tu trayectoria desde que entras a la ESCAC y hasta ahora como guionista. Las causas y los efectos.

Lo primero que hice fue estudiar turismo, empecé algo tarde en el guion, y luego hice un máster orientado en temas empresariales. Mientras hacía eso yo misma me decía “lo que me gusta es el cine” pero no sabía si era dirigir o escribir porque a mí lo que me gustaban eran los videoclips. Por eso me fui a Barcelona a hacer un curso de un año en una escuela que se llama Nou Prodigi y ahí probé todos los palos. En ese año me di cuenta que lo que más me gustaba era el guion. En ese ambiente cinematográfico conocí la ESCAC y miré el máster de guion en el año 2009. Era un curso de tres meses con Lola Salvador como tutora principal. Me flipó, me encantó.

Entonces conocí a Jaume Cuspinera, que era profesor de la ESCAC y trabajaba en el departamento de guion, y me dijo que me apuntase en una iniciativa de la escuela para desarrollar un largometraje. Me metí ahí y conocí a Aintza Serra, productora y actual directora curricular de la ESCAC, y ella me guió hacia otros proyectos que estaban en marcha en ese momento: concretamente el proyecto For Corners, como guionista, de donde salió mi primer guion de largometraje llamado Freak Inside coescrita con el director, y mi pareja, Jorge Yúdice. Con Freak Inside nos movimos por el mundo. Incluso fuimos a Los Ángeles llevando el guion. Al final resultó que a quien le interesó realmente fue a las chicas de Antena 3 de ese momento: Mercedes Gamero, Sofía Fábregas y María Contreras que les encantó el teaser del proyecto. Ahí fue que Sergi Casamitjana, productor y actual director de la ESCAC, nos hizo un contrato con ESCÁNDALO Films y tratamos de mover la película. Como muchas veces pasa, la cosa no cuajó pero me permitió conocer a gente de la industria. Más tarde nos pusimos a mover otro proyecto llamado Cómo cazar a un gnomo, que seguimos moviendo, y finalmente acabé en otro máster de ESCAC llamado Ópera Prima. Aintza me comentó que querían llevar a cabo ese proyecto y me animó para meterme en él. Ahí de una manera muy natural terminé siendo coguionista de Mi querida cofradía (de Marta Díaz de Lope Díaz) que ha sido mi primer título que se ha convertido en película.

En el mismo máster, había una asignatura para los guionistas que consistía en desarrollar una serie en grupo. Escogieron mi idea pero con el tiempo no cuajó. Cuando ya terminó el curso decidí recuperar esa misma historia pues a mí me gustaba e intenté coger la idea primigenia del proyecto para convertirlo en una novela romántica: Artes maritales mixtas para una fugitiva.

¿Cómo conseguiste publicarla?

Conocía sólo a una persona de ESCAC, Enric Pardo, que había publicado con una editorial, Reservoir Books, y fue tan amable de ponernos en contacto. Yo les escribí, les pasé la novela, les gustó y la publicaron. No hubo mucho lío así como sí lo ha habido con mis proyectos audiovisuales. No suele ser lo corriente. Yo pensaba que me iban a decir que no y que iba a terminar autopublicada en Amazon. Puede pasar que no te convenga el contrato que te pongan delante las editoras pero, sinceramente, estar publicado por alguien que no seas tú misma da cierto caché al novelista. Alguien más ha creído en ti. En mi caso me sentí muy respaldada por Reservoir Books: corrección de estilo, corrección ortográfica, el diseño de la portada, publicidad en medios… Esto no te pasa haciéndolo por tu cuenta.

Después de eso, las cosas de la vida, he vuelto a coescribir con Marta Díaz su segunda película y también me acaba de salir una serie con otros dos compañeros de la ESCAC, Carlos Franco y Pedro Abreu, para El Terrat y TV3. Ya llevamos un año de desarrollo y ahora ya es oficial que va a salir de modo que nos vamos a encerrar a escribir mapa de tramas, guiones, etc. Se llama L’última nit del Karaoke.

El estado natural de una película es que no salga. En tu caso veo que hay varios proyectos que no acabaron de salir adelante y que eso es una cosa bastante normal en el mundo del cine. Si a eso le sumas que ya de por sí mover un proyecto es difícil, el panorama no es de lo más agradable.

 El problema de mover los proyectos es no conocer a nadie porque no sabrás a quién recurrir. Cuando mi pareja y yo no teníamos contactos era difícil ver por dónde comenzar. Aunque con nuestro primer guion fuimos de flipadísimos al Market de Los Ángeles. Al final, Antena 3 nos recibió amablemente. No sé, le haríamos gracia. Lo normal es no conseguir reuniones con Antena 3, quiero decir.

Nosotros cuando queremos mover un proyecto y no sabemos dónde y Antena 3 no es el lugar, o lo que sea, intentamos ir a pitchings. Ahí sí que conoces mucha gente a la vez. Unos amigos nuestros que se graduaron con nosotros montaron una plataforma online que se llama Filmarket Hub con los que pudimos pitchear en dos ocasiones. De un sólo pitching conseguimos contactos de productoras, de plataformas, etc. Una vez ya tienes los contactos, no hace falta que pases por la casilla de salida del pitching. Ya hablas directamente con la persona en cuestión. Te interesa a ti vender y a ellos les interesa encontrar material así que normalmente nadie te cerrará las puertas. Por lo menos para una reunión.

El guionista en su forma natural es tímido así que ya está bien no estar solo. Yo soy partidaria de coescribir siempre. 

¿Entonces esos pitchings te han permitido desarrollar proyectos pagados? 

A mí me han pagado por casi todo lo que he escrito. Aunque fuera sólo un desarrollo. Claro, que te paguen eso no significa que la cosa vaya a cuajar y se ruede. No sólo te pueden pagar el desarrollo sino también la exclusividad de moverlo ellos solamente. Los productores serios lo pagan, también hay quien quiere moverlo gratis. Eso ya con el tiempo hay que saber decir que no. A veces se pueden aprovechar de los jóvenes que vienen con ilusión para mover los proyectos gratuitamente.

Por lo que veo, todo este viaje profesional no lo has hecho sola.

No. Todo lo que he escrito, excepto la novela, lo he coescrito con alguien. Directores, guionistas… Así te apoyas en otra persona. El guionista en su forma natural es tímido así que ya está bien no estar solo. Yo soy partidaria de coescribir siempre.

Recuerdo un día hablando de nuestras experiencias tras salir de ESCAC, estábamos varios exalumnos guionistas hablando de las posibilidades laborales. Algunos plantearon incluso que no era tan difícil acabar viviendo de la escritura y tú no lo veías tan claro.

Yo llegué tarde al mundo del guion. Cuando entré en ESCAC tenía 24 años que es justo cuando la mayoría de alumnos ya se están graduando. Eso era 2009, en 2008 estalló la crisis. Entre los años que tuve para formarme, porque no es fácil ser guionista, y todo ese panorama, fue complicado. Yo soy de Canarias pero vivía (y vivo) en Barcelona y no sabía escribir en catalán para series (aunque ahora estoy viendo que si gusta tu contenido, siempre habrá alguien que te pueda traducir tus guiones) y pensé: bueno, me tendré que ir a Madrid. Pero también está lleno de guionistas. Que te lleguen oportunidades es difícil. Cuando a mí se me han dado oportunidades, una vez estando dentro de la rueda, han salido más cosas. Pero claro, tuvo que pasar desde 2009 a 2018 para yo sacar la novela y la primera película al mismo tiempo. Todos esos años no solamente fueron de formación, sino que tenía que llegar el momento de que alguien me diera una primera oportunidad.

A partir de ahí sí que me han llamado para escribir un piloto en Madrid para Aparte Producciones, proyectos con otros productores en Barcelona y llegar a cosas que algunas saldrán, algunas no y otras están saliendo. Hasta que no tienes algo en tu IMDB no eres nadie en el guion. Hay que tener paciencia. En el Arte siempre es un mal momento salir a trabajar así que si a ti te apasiona lo que estás haciendo y cada vez que recibes un no sigues trabajando para mejorar, terminarás haciendo algo.

Yo llevo dando clases varios años en 4o de carrera de guion en ESCAC y creo que trabajar de ello específicamente hay dos personas o tres. Hay algunos que se han ido a Madrid y les ha sido más sencillo colocarse mejor. En España no es que haya mil oportunidades para los guionistas pero en Barcelona, quieras o no, se hace menos ficción. Varios alumnos al acabar lo que hacen es meterse en másters donde haya profesores que luego les puedan ayudar para ser juniors en alguna serie o algo parecido. Es una opción también.

Y en estos años hasta ahora, ¿siempre has estado escribiendo y viviendo de ello?

Escribiendo sí pero también empecé estando en la tienda del Barça, trabajé todos los veranos en Canarias en la tienda donde trabaja mi madre, etc. Para pagar el alquiler, claro. Trabajaba por la mañana y por la tarde, llegaba por la noche y me sentaba a escribir. Fue un poco duro hasta que empecé a trabajar dando clases en la ESCAC. Eso no es exactamente escribir pero ya está más relacionado con el mundo del cine. Soy consciente de que podría pasar que todo se tuerza y tenga que volver a trabajar de nuevo como antes o tirar de mi primera carrera y trabajar en algo relacionado con el turismo.

Por hablar de aspectos más creativos del guion. Recuerdo que en tus clases eras bastante fan de el libro Salva al gato de Blake Snyder.

A mí me salvó la vida. Yo intenté escribí varios largos y todos eran abortos que no conseguía pasar del midpoint de la historia. Entonces cayó este libro en mis manos, me puse a leerlo y me dije: por fin una guía súper sencilla de los pasos que se debe pasar para llegar a completar una versión entera de guion. Fue como desentrañar Matrix.

Lo que ocurre es que cuando ya lo tienes muy manoseado te das cuenta de que tienes que romper con esas reglas en algún momento. Entonces el trabajo ahora es crear una estructura narrativa que para el espectador le parezca conocida, que no la rechace, pero a la misma vez sorprenderle e intentar darle originalidad a esa fórmula clásica. A mí en su momento me salvó la vida porque una vez eres alumna, te sientes amparada por los profesores pero cuando terminas los estudios y te encuentras con la soledad y estás en la mierda (puedes escribirlo así en esta entrevista) no sabes para dónde tirar. Volver a tener guías de guion en las que pensar pueden funcionar muy bien en esos momentos.

Otro aspecto más creativo… Cuándo te enfrentas a la escritura de guion, ¿cómo es tu método creativo?

En el guion soy bastante matemática y cuadriculada. Por lo menos en la primera versión. Si yo o alguien con quien trabajo tiene una idea, nos sentamos, discutimos e intentamos apuntarnos todo lo que nos gusta de la idea. Mi trabajo, que suele ser mío, es estructurar eso de forma narrativa. Creo que se me da bien. Una estructura de una manera bastante clásica y estándar para empezar. Si estamos de acuerdo, vamos a por la primera versión. Como casi siempre coescribo, nos pasamos las versiones, hablamos, quedamos… y luego tratamos que la segunda versión sorprenda más. Me gusta trabajar rápido, no me gusta pararme. Por ejemplo, en una primera pasada, no hago mucho hincapié en cómo son los personajes. Como los personajes son lo que hacen y no lo que dicen, voy encontrando cómo son a medida que voy escribiendo. No me gusta escribir backgrounds extensos de personajes porque es muy posible que después no sirvan para nada.

¿Qué pasa si esa primera versión que has escrito es mala directamente?

Como ya he dicho, no soy de esas que se centran en una escena en concreto hasta que no sea perfecta. Soy de tirar para adelante. Luego ya se reescribirá que es donde está el trabajo duro. Yo he llegado a escribir once versiones de un largometraje y realmente no me preocupa porque el proyecto me sigue gustando. Es decir, si una primera versión es mala o no está a la altura del concepto de la película pero el concepto me sigue enamorando le sigo dando caña hasta que esté contenta. También ha habido veces donde no ha sido así y dejo apartados los proyectos un tiempo, a veces este tiempo significa para siempre.

Aaron Sorkin tiene un comentario al respecto que es que si quieres dedicarte a escribir, tienes que aceptar que vas a escribir mal muchas veces.

Es muy poco productivo paralizarse porque no está perfecto tu guion. Otra cosa es que te des cuenta de que esa historia ya no te mueva nada por dentro.

Un tema concreto, tú como guionista, ¿qué aportas a un proyecto? Es decir, ¿dónde pones tu sello como storyteller?

Difícil decirlo. Me veo un poco todoterreno. Hay gente que yo considero que es brillante para dar ideas (o para la premisa de la película) y gente que es más currante. Yo creo que mi punto fuerte es este último. Soy currante y no me vengo abajo. Por ejemplo, no considero que mi talento esté en entredicho porque eso que haya escrito no sea tan bueno. A mí me motiva intentar que esa versión de guion mejore y mejore. Cuando alguien critica mi trabajo no está criticando mi talento y eso me da fuerzas para seguir. Antes he dicho de que se me da bien la estructura y tal pero de repente es verdad que te puede llegar alguien que haya leído tu guion y decirte que lo que más le ha gustado han sido los diálogos. Así que eso nunca se sabe. Lo que sí que sé es que soy currante.

Y para terminar, una cuestión final que sería: ¿un guionista recién acabado sus estudios qué tiene que saber realmente? 

Yo sé que la respuesta cool sería algo así como “mirar la vida”, etc, pero me dan mucha rabia los guionistas que dicen que son guionistas y no saben cómo es un formato de guion. Por lo menos que no se escriban con faltas de ortografía, comas bien puestas, tildes bien puestas y ya luego que tenga el mismo formato que todos los guiones. Así por lo menos luce como un guion profesional. Para “mirar la vida” siempre hay tiempo pero cuando tú presentas algo que has escrito, ¡por lo menos tienes que demostrar que sabes manejar las herramientas básicas de guion! Tal vez sea algo pueril acabar así pero…

Mario Monzó
Acerca de Mario Monzó 11 Articles
Graduado en Escac, especializado como guionista con un Master en Film Business (marketing, distribución y ventas) en la misma universidad. Escribe guiones, teatro, prosa y lo que haga falta, y también dirige. Actualmente es el coordinador del departamento de guion de ESCAC y profesor en la misma escuela. Interesado en contar y escuchar historias, sea como sea. Además, le encanta dar clases para aprender a contarlas.

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