Vivir en nuestras ciudades se ha convertido en un lujo. A pesar de haber sufrido una grave crisis inmobiliaria, el sector parece estar sumido en un pozo negro donde los inversores marcan el ritmo. Esta situación está poniendo cada vez más entre las cuerdas a los ciudadanos, que ven cómo sus viviendas han pasado de ser un bien necesario a ser un tesoro con el que comerciar. El documental Push, de Fredrik Gertten, pone el foco en el intrincado negocio inmobiliario, que se ha convertido en unos pocos años en un problema a escala global. Los precios de la vivienda se están disparando en las ciudades de todo el mundo, pero los ingresos de sus habitantes se mantienen. Muchas personas ya han optado por irse de su ciudad, pero se está produciendo un efecto dominó que ya afecta a las demás ciudades colindantes. Aunque sus dimensiones y su actividad económica sean menores, ha sido cuestión de tiempo que en dichas poblaciones los precios también hayan aumentado de tal forma que sus propios vecinos se han visto forzados a abandonar sus barrios.
Gertten se sirve de Leilani Farha, relatora especial en vivienda de la ONU, para conducirnos por diferentes países donde la vivienda se ha visto especialmente atacada por grandes fondos de inversores que especulan con su precio como si de un activo cualquiera se tratara. “Esperan a que se revalorice”, comenta, contribuyendo a crear zonas muertas donde nadie vive ni aparca. Dichas propiedades, mayoritariamente en manos de fondos extranjeros, se están convirtiendo en el objetivo también de okupas que prefieren vivir allí hasta que se les ofrezcan soluciones.
El documental arroja luz sobre el problema inmobiliario que sufren ciudadanos de todo el mundo, incapaces de asumir el coste de sus viviendas.
Push revela los secretos más oscuros del entramado mundial de la especulación inmobiliaria y urbanística y cómo las ciudades son cada vez más inaccesibles para vivir en ellas en un contexto de crisis creciente, que está poniendo en grave riesgo el derecho fundamental de disponer de una vivienda digna. “No es solo gentrificación, se trata de un monstruo mucho más grande”, ya que detrás de la especulación se esconden grandes grupos de inversores con influencias en las esferas políticas y legislativas que contribuyen a estrechar más el yugo a los ciudadanos, que día a día ven más complicado mantenerse en sus hogares. Toda esta situación está provocando un gran clima de inseguridad, ya que muchos de los inquilinos desconocen cuánto tiempo más van a poder estar habitando sus viviendas.
En el documental han participado personalidades del ámbito político como la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, la reputada socióloga Saskia Sassen, el economista Joseph Stiglitz y el periodista italiano y autor de Gomorra, Roberto Saviano. En Push se muestran iniciativas que luchan a contracorriente como la que está teniendo lugar en Berlín, donde un grupo de personas está intentando recomprar espacios para recuperar, poco a poco, el equilibro perdido en favor de los inversores. En otras ciudades como Milán, Saviano denuncia que se estén creando sociedades en paraísos fiscales para blanquear el dinero ilegal con el que luego compran propiedades como hoteles, supermercados y viviendas. A este paso “la próxima generación no podrá comprar una casa”, vaticina. También se dedica unos minutos a Londres, especialmente para tratar la catástrofe de la Torre Grenfell, el edificio de centenares de viviendas que ardió en 2017 y que causó 72 muertos y sobre el que planea la sospecha de haber sido un incendio premeditado con el objetivo de construir nuevas viviendas para las clases pudientes.
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