El pasado cinco de abril la Filmoteca de Catalunya dio el pistoletazo de salida a una de las más importantes retrospectivas que han organizado para 2018, la dedicada a los hermanos Vittorio y Paolo Taviani. Un ciclo que acoge veinte títulos, su entera filmografía, a excepción de uno, que no será proyectado por decisión propia de los hermanos.
Para inaugurar el ciclo, la Filmoteca catalana contó con la presencia de Paolo, el menor de los hermanos, que a sus ochenta y siete años de edad demuestra una vitalidad envidiable. En rueda de prensa se mostró agradecido y conmovido por este ciclo completo a su filmografía que ni siquiera en su país de origen, Italia, los Taviani han podido disfrutar.
Paolo quiso transmitir el agradecimiento por parte de su hermano mayor, Vittorio, ausente en este homenaje ya que sigue recuperándose de las heridas que sufrió al ser atropellado por un coche meses atrás y que le impidió sentarse en la silla de director en la última película firmada por los dos, Una questione privata, que fue presenta por primera vez en España el mismo jueves.
Aunque la cinta es firmada por ambos hermanos, del rodaje se ocupó únicamente Paolo, que reconoció que no fue fácil sobrellevar la ausencia de su hermano, ya que hasta ese momento no habían dirigido cine por separado. Vittorio, eso sí, estuvo presente en el proceso de producción, ocupándose de escribir el guion junto a su hermano, y en el proceso de montaje y post producción. Paolo explicó que, cada dos o tres días, le enviaba el material filmado a su hermano, y luego discutían problemas y decisiones en la puesta escena, mientras que Paolo le contestaba que tranquilo desde el sofá de casa era muy fácil hablar, cuando lo difícil es enfrentarse a la rutina y tensión del rodaje. Cosas de hermanos.
Una questione privata está basada en la novela homónima del escritor italiano Beppe Fenoglio, al que consideran, junto al premio Nobel Luigi Pirandello, el mejor escritor italiano de gran parte del siglo XX, pese a no tener el reconocimiento del escritor de Seis personajes en busca de autor.
Tanto la película como la novela narran la historia de dos amigos, Giorgio y Milton, enamorados de la misma mujer, Fulvia, durante un verano idílico en la región montañosa del Piemonte. La irrupción de la Segunda Guerra Mundial trunca el romanticismo y envía a ambos hombres a la guerra, mientras que ella marcha a vivir un lugar más seguro. Tiempo después, ya en plena guerra, Milton, el personaje a través del cual conocemos esta historia, vuelve a la villa donde compartió risas con su mejor amigo y el amor de ambos por Fulvia. Allí encontrará a la gobernanta de la casa donde la confesará que después de su partida, Giorgio y Fulvia empezaron una relación. Poseído por los celos, el partisano decide apartarse de la guerra y centrarse en la búsqueda de su mejor amigo, con tal de conocer la verdad. La película no cuenta con distribución para España.
En su presentación, Paolo Taviani explicó que en su estreno en Italia varios periodistas les habían preguntado por qué habían vuelto a la guerra, tanto tiempo después de situar ahí alguna de sus mejores películas. Taviani confesó que “he vuelto a hacer un film sobre el fascismo porque nunca habría pensado que, a estas alturas de mi vida, vería cómo quiere volver a resurgir, en Europa y en Estados Unidos”.
El menor de los Taviani no quiso hacer un repaso a su carrera, pues para él sonaba a obituario y sus ochenta y siete años aún ve un larguísimo futuro ante él, aspirando a seguir trabajando como el cineasta portugués Manoel de Oliveira, que se mantuvo en activo, dirigiendo, hasta su muerte a los 106 años.
Los hermanos decidieron convertirse en cineastas tras visionar Paisà, de Roberto Rossellini, en un cineclub en Pisa cuando eran unos adolescentes. Habiendo vivido y sufrido la guerra, vieron y reconocieron en pantalla la realidad que ellos habían vivido, y les ayudó a entenderla mejor. Para ellos fue una experiencia reveladora, ver que una película podía tener la fuerza y la potencia de revelarte tu propia realidad. A partir de entonces, los dos hermanos decidieron hacer películas. Muchos años después, en 1977, consiguieron con Padre Padrone la Palma de Oro del Festival de Cannes, que les fue concedida por el jurado presidido por Roberto Rossellini. Los Taviani fueron la primera pareja de hermanos en ganar la Palma de Oro de Cannes, un selecto grupo al que después se unirían los hermanos Coen y los hermanos Dardenne.
Explica Paolo Taviani que la manera de trabajar de ambos hermanos se decide por azar. Trabajan juntos en el guion, cada uno en su mesa, situada una enfrente de la otra. En el rodaje, cada día se encarga uno de empezar llevando la batuta, y si el número de días que dura el rodaje es impar, el último se lo reparten lanzando una moneda al aire, a cara o cruz.
Por último, Taviani quiso hablar de la situación actual del cine italiano. Para él la cultura italiana tiene tres cumbres fundamentales en su historia. La primera, el renacimiento; la segunda, el melodrama decimonónico, representado por Verdi y Rossini; y por último, el neorrealismo cinematográfico. Taviani construye una metáfora, comparando el neorralismo con “un árbol del cine italiano, que produjo en sus inicios una ramas extraordinarias que duraron muchísimos años. Después vientos huracanados removieron las hojas del árbol con tal fuerza que quedó desnudo durante muchos años. El árbol hizo esfuerzos para producir hojas nuevas. Algunas salieron, pero más vientos volvieron a arrasarlo todo. Ahora el árbol está volviendo a tener brotes nuevos y tengo la confianza de que estos brotes crecerán y darán muy buenos frutos en los próximos años”. Sin nombrar ningún director, fue imposible no pensar en Paolo Sorrentino y Paolo Virzí. A pesar de la pujanza de las nuevas generaciones de cineastas italianos, los Taviani no piensan en la retirada.
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