PEPÓN NIETO: “’Un efecto óptico’, más que muchas otras, es una película de autor”

Fuente: Festival de Sitges.

En el pasado Festival de Sitges pudimos conversar con el actor Pepón Nieto sobre su última película, Un efecto óptico, de Juan Cavestany, que llega a los cines de la mano de Filmin.

El próximo viernes 26 de marzo llega a las carteleras Un efecto óptico, la nueva película de Juan Cavestany, director de películas como Dispongo de barcos y Gente en sitios y creador de la serie Vergüenza.

Un efecto óptico es una comedia de ciencia ficción protagonizada por Alfredo y Teresa, un matrimonio de Burgos que viaja de vacaciones a Nueva York para realizar todos los planes que aparecen en la guía turística. Pero al aterrizar, empiezan a sospechar que no se encuentran en la ciudad que la guía les vendía. Pero si no están realmente en Nueva York, ¿dónde están?

La película, presentada en los pasados festivales de San Sebastián y Sitges, llega a los cines de la mano de la plataforma Filmin, que en los últimos meses está apostando también por la distribución tradicional.

En Sitges pudimos hablar con su director, Juan Cavestany, y su actor protagonista, Pepón Nieto.

Os dejamos con la primera de las entrevistas.

Tuve ocasión de hablar con Juan Cavestany y me explicó que os envió a Carmen Machi y a ti la propuesta de Un efecto óptico como guion de cortometraje, y que sois los actores los que empujáis a convertirla en largo. Explícame como funcionó.

Es así pero no es tan sencillo. Todo se dilata en el tiempo y sufre un proceso de alguna manera natural. Juan nos llama a Carmen y a mí para producir una idea de corto, pero esa idea de corto ya partía de un largo anterior que él tenía escrito, pero como no iba a poder producirlo decide sacar de ahí un cortometraje.

Vamos intentando encontrar fechas para cuadrarlo y para rodarlo y en ese in pass de ese tiempo Juan trata de levantar el corto y él mismo se da cuenta que le requiere tanta energía como levantar un largo, y piensa que ya que se mete a intentar conseguir el dinero para un corto, porque no hacer un largo porque el camino de un corto ya sabemos cuál es.

Entonces nos propone transformarlo en el largo inicial y nosotros aceptamos encantados. Empieza a mandarnos versiones de guion, ideas, escenas sueltas y ese guion va sufriendo muchas modificaciones hasta incluso después de rodado, porque para Carmen y para mí ha sido una sorpresa también ver la película, porque tiene mucho de cine real.

El cine es rodar imágenes y luego en la soledad de la sala de montaje, elegir y montar, y en esta película más que nunca se cumple, porque hay escenas que están totalmente cambiadas de sitio respecto al guion inicial y tienen un valor que en principio no tenían. Todo eso lo ha ido creando Juan Cavestany poco a poco, y nosotros somos los primeros sorprendidos del proceso de la película.

Más allá de actuar, ¿en que partes del proceso creativo te has implicado?

Es una película de autor y es una película de Juan. Nosotros lo único que teníamos que hacer es dejarnos llevar por la propuesta y por él. Yo soy muy cartesiano y necesito tener muy claro que le pasa al personaje, en qué momento está y Juan había muchas cosas que no me sabía responder porque él tampoco sabia por dónde iban, era más una intuición que una certeza. Desde luego yo en el proceso creativo ni en escribir no he tenido ninguna implicación. He sido un actor y me he dejado llevar por la autoría de Juan. Esta película, más que muchas otras, es una película de autor.

¿Y qué te llevas de trabajar en una película especial como Un efecto óptico?

He aprendido mucho a trabajar con una libertad que nunca había tenido. Porque nunca había hecho este tipo de cine. Carmen por ejemplo sí, había hecho Una mujer con piano y otras películas un poco más en esa línea y sabia como afrontar este trabajo, y yo he aprendido mucho de ella. En no plantearse tantas cosas, el no tener tan claro de dónde vienes, a dónde vas y en el raccord emocional. En esta había que dejarse muy libre y muy confiando en el director y a mí me costaba mucho más que a ella hacerlo. Debes optar en no pensar y en hacer lo que te dice el director.

¿Sabíais en todo momento en que momento estabais o se intentó generar desde el rodaje el desconcierto que se ve en la película?

No, Juan nunca tuvo ninguna estrategia en ese sentido. Es cierto que los bucles cambiaban según en qué vuelta estaban, y luego en el montaje eso ha variado, y es lo que te decía que nos sorprendía, pero no, yo siempre tenía muy claro qué parte estábamos y Juan nunca trató de escatimarnos información, todo lo contrario.

En los proyectos en los que estás trabajando, ¿aparece la nueva normalidad que estamos viviendo?

A mí no me ha llegado ningún proyecto que refleje esa nueva normalidad, y de hecho el empeño que todo los proyectos de ficción que yo conozco es evitarlo continuamente. Hemos rodado Los hombres de Paco y no se hace ninguna mención, no sale nadie con mascarilla. Yo creo que hay un pacto tácito o velado de no retratar esto, no nos gusta esta situación y no la queremos retratar.

Me imagino que habrá historias de la pandemia, el mismo Juan Cavestany rodó una película durante la pandemia que se llamaba Madrid, interior, en la que yo también participé, con todos grabándonos en casa durante el encierro. Se han hecho cosas muy concretas sobre esta situación, pero luego la ficción no queremos contaminarla, ya bastante tenemos.

¿Y trabajar en estas circunstancias supone más controles?

En Los hombres de Paco hemos hecho PCR todas las semanas, no solamente los actores, si no todos los técnicos, y figurantes incluso. Luego trabajamos con la mascarilla hasta el momento de rodar que nos la quitamos únicamente los actores. Los técnicos y directores jamás se la quitan.

¿Y notas en los guiones que hay menos contacto físico entre los personajes?

No, y he hecho teatro también, como Anfitrión de Molière que representé en Mérida, y en ningún momento quisimos eliminar el contacto, porque incluso hay personajes que se dan besos. Igual te miento si te lo aseguro, no sé, pero no creo que haya ninguna cortapisa en ese sentido. Yo he rodado mucho con Paco Tous dentro del coche y la distancia ha sido mínima.

Has presentando en Sitges la serie 30 monedas de Álex de la Iglesia y has trabajado muchísimo en series a lo largo de tu carrera. ¿Cómo ha ido evolucionando la tele para parecerse cada vez al cine?

Yo creo que la televisión y el cine cada vez se parecen más, y a niveles técnicos también. Yo me acuerdo en Periodistas que rodábamos con multicámaras, hacíamos la escena entera y nos cogían desde cuatro o cinco cámaras. Ahora no, vamos a una cámara, y vamos a rodar planos concretos, como se hacen en el cine. Generales, cortos, medios, plano contraplano…. la mayoría de espacios son naturales, casi no se rueda en plató y eso lo acerca mucho al cine y a la realidad.

Pablo Sancho París
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Licenciado en Historia del Arte y Comunicación Audiovisual por la U.B., Master en Ficción de Cine y Televisión por la U.R.L. y Master en Film Business por ESCAC. He sido presidente de la Federació Catalana de Cineclubs entre 2015 y 2017, siendo actualmente responsable de proyectos de la entidad. Además, soy el programador de Cine Club Vilafranca, que gestiona la Sala Zazie y el Cine Kubrick de Vilafranca del Penedès. Además, he compaginado estas tareas con la de cronista cinematográfico, profesor de cine en talleres para niños y adolescentes, y la realización de audiovisuales y cortometrajes de ficción. Me podéis contactar en pablosanchoparis@industriasdelcine.com.

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