Desde que el cine es cine, la industria ha buscado siempre la fórmula para crear películas de éxito; algo que, siguiendo una serie de pautas preestablecidas, sirviera para asegurar el éxito de taquilla. Disney ha estado muy cerca de conseguirlo, pero no siempre.
Por desgracia para los directivos de la industria, el éxito de una película depende de muchos más factores que un guion preestablecido. Se necesita un director capaz, unos actores competentes, una fotografía eficaz, vestuario adecuado, y tantos y tantos oficios relacionados con el cine que se deben emplear a fondo y poner el máximo de su talento para que la historia funcione.
Aun así, el guion es el andamio básico. Y uno de los géneros que cuenta con más pistas para edificar un buen guión es el de las películas de aventuras, ya desde que en el siglo III a.C. Apolonio de Rodas estableciera en Las argonáuticas el viaje de Jasón y sus compañeros en busca del Vellocino de oro.
A principios de siglo, Vladimir Propp publicó en su Morfología del cuento los elementos recurrentes en los cuentos populares rusos que creaban una estructura constante; en 1948 el mitógrafo Joseph Campbell publicó El héroe de las mil caras, en la que describía un viaje del héroe formado por 17 pasos, basándose en los arquetipos definidos por el psicoanálisis. George Lucas reconoció que después de filmar American Grafitti estuvo leyendo los libros de Campbell para representar un modo moderno de la mitología, y que entonces se dio cuenta de cómo su proyecto Star Wars acataba las normas clásicas.
En el libro ‘El viaje del escritor’, Chris Vogler reduce el viaje del héroe a doce pasos, la auténtica receta de cómo hacer películas de aventuras
Finalmente, un productor de Disney llamado Chris Vogler escribió en los años 90 un memorando empresarial de siete páginas titulado A Practical Guide to The Hero With a Thousand Faces [Guía práctica para el héroe de las mil caras], una manera de saber si los guiones que evaluaba seguían o no el patrón descrito por Campbell. De ese memorando nacería después el libro El viaje del escritor, en el que Vogler reduce el viaje del héroe a doce pasos, la auténtica receta de cómo hacer películas de aventuras.
En palabras del propio Vogler, “el modelo del viaje del héroe siguió durante mucho tiempo prestándome un gran servicio. Me sirvió para leer y evaluar más de diez mil guiones para media docena de estudios… Me guió hacia un nuevo cargo en la Disney, de tal manera que fui nombrado consultor para la división de animación en la época en que se gestaron La Sirenita y La Bella y la Bestia.”
Así que si sois guionistas en ciernes, estudiosos del séptimo arte, cinéfilos, o simplemente queréis la receta para crear la nueva Matrix, no dejéis de regalaros estos dos libros.
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