Estrenado en puertas de las elecciones presidenciales de EE UU, el film Un plan irresistible es una divertida sátira que tiene como protagonistas a los estrategas políticos y los medios de comunicación
A finales de agosto llegó a nuestras carteleras Un plan irresistible, una de esas sátiras políticas que destripa el sistema construido por los hijos de una de las naciones que más han abanderado los valores de la democracia. Dirigida y escrita por Jon Stewart y con unos brillantes Steve Carrell y Rose Byrne, que encarnan la misma cara de una moneda capaz de situarse en cualquier bando por una victoria, el filme nos conduce al corazón de la América rural. El Estado elegido, Wisconsin, sirve como escenario de la batalla que tiene lugar entre demócratas y republicanos en cada cita electoral.
En su búsqueda del candidato demócrata idóneo que no solo pueda alcanzar la alcaldía, sino que en un futuro pueda devolver el liderazgo, la ilusión y la presidencia de EE UU al partido del símbolo del histórico burro trabajador, Gary Zimmer (Steve Carrell) se encontrará con un pueblo sospechosamente solícito y amable. Su obsesión por el triunfo lo llevará a montar una infraestructura temiblemente exitosa con analítica de datos de comportamiento y predicción en todo un alarde de eficiencia electoral, aunque también de dudosa moral. En su lado opuesto aparecerá su implacable rival Faith Brewster (Rose Byrne), que intentará desmontar todos sus avances uno a uno.
Sus ataques verbales mutuos, a la vez tan despiadados como hilarantes, engrasan una historia que se desarrolla a base de causas y efectos, de tiras y aflojas, de victorias y revanchas.
Estamos ante una crítica feroz a la prensa
Esta es una película de dualidades, personificadas en los estrategas de los partidos demócrata y republicano, pero también es una crítica feroz a los medios de comunicación. Los mismos que ensalzan o echan por tierra al candidato que toque según las directrices de las élites que mueven los hilos en Washington. Aquellos capaces de asumir, a sabiendas, mentiras por medias verdades (o verdades absolutas en el peor de los casos), de dar más visibilidad a temas polémicos por puro espectáculo o de mirar hacia otro lado cuando hay una problemática compleja que requiere de objetividad y pericia para investigar.
Aunque sea una visión edulcorada y maniquea de la situación que adolece el sistema democrático de muchos países, no solo EE UU, no deja de ser un toque de atención para descubrirnos la venda de los ojos y empezar a ser más exigentes con la información que recibimos de los medios. Aunque Un plan irresistible ha tenido un tímido paso por nuestros cines, afectado por las consecuencias de la covid-19, bien merece una búsqueda intensiva por alguna sala que todavía la ofrezca. Y sino, actualmente se encuentra en Filmin, así que corran a verla, no saldrán indemnes de una buena risotada con un guion tan travieso como certero.
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