A partir del 25 de enero y también durante el mes de febrero, la Filmoteca de Cataluña presenta el ciclo Patricio Guzmán, la memoria de Chile, dedicado a este documentalista chileno, testigo y narrador de los momentos –ilusionados al principio, convulsos y terribles después– que vivió aquel país durante los años setenta del siglo XX.
Guzmán debutó en el documental con El primer año, recopilación de los hechos sucedidos durante el primer año del Gobierno de la Unidad Popular (UP), presidido por Salvador Allende.
En 1975, 1976 y 1979 realizó la que hasta ahora es su obra maestra, el mejor documental chileno y uno de los principales, si no el principal, de la cinematografía en lengua castellana: La batalla de Chile, dividido en tres partes: “La insurrección de la burguesía”, “El golpe de Estado” y “El poder popular”. Algunos temas e incluso diferentes escenas son comunes a dos o a las tres partes.
“La insurrección de la burguesía” (1975)
Como su título indica, esta primera parte repasa la revuelta de la derecha chilena contra el Gobierno de la Unidad Popular. Está dividida en cinco apartados: ‘Acaparamiento y mercado negro’, ‘Boicot parlamentario’, ‘Asonada estudiantil’, ‘Ofensiva de los gremios patronales’ y ‘Huelga del cobre’.
1. Acaparamiento y mercado negro
La primera parte refleja el desencanto de la burguesía por el resultado de las elecciones parlamentarias del 4 de marzo de 1973. En éstas, la derecha daba por supuesta no sólo su victoria, sino también la obtención de una mayoría suficiente para destituir al presidente Salvador Allende, elegido democráticamente. El documental, a través de declaraciones de distintas personas –partidarias y detractoras del presidente–, va exponiendo la división de la sociedad chilena en incondicionales del Gobierno y adversarios del mismo. Contra todo pronóstico, en estas elecciones la Unidad Popular obtuvo la victoria con el 43,9% de los votos.
Una de las medidas contra el Gobierno que la oposición chilena llevó a cabo fue el acaparamiento de alimentos y productos de primera necesidad. Para remediarlo, el Ejecutivo estableció las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios (JAP), que consiguieron proveer a la población.
2. Boicot parlamentario
En el Congreso, la oposición intentó desautorizar las JAP mediante una serie de acusaciones que no logró probar. Aun así, consiguió la destitución del ministro de Economía Orlando Millas y más tarde la de otros ministros de la UP. Por su parte, el grupo fascista Patria y Libertad, financiado por el Departamento de Estado norteamericano, creó el caos en las principales ciudades del país.
3. Asonada estudiantil
Tomando como pretexto una reforma de la ley de educación, los estudiantes –instrumentalizados, según se afirma en el filme– llevaron a cabo acciones de protesta contra el Gobierno, paralelas a las que, a favor del Ejecutivo, desarrollaron los trabajadores. Durante una manifestación obrera, al pasar frente a la sede de la Democracia Cristiana, hubo disparos, falleció un obrero y otros seis resultaron heridos.
4. Ofensiva de los gremios patronales
La CIA apoyó a estos gremios, a algunos de cuyos miembros incluso les dio formación en Estados Unidos.
El Gremio del Transporte fue el que se opuso de modo más efectivo al Gobierno con la convocatoria de una huelga que originó el caos en el país.
Los altos mandos del Ejército manifestaron que se considerarían autónomos en el caso de que el Gobierno quebrantara la Constitución.
5. Huelga del cobre
La mina de cobre El Teniente se declaró en huelga, de modo que los mineros, a quienes se consideraba los privilegiados de la clase obrera chilena, se unieron a la oposición a Allende.
Los estudiantes de la Universidad Católica apoyaron a los huelguistas. En una manifestación se les oye gritar: “Chile uno, grande y libre”, expresión que a los espectadores españoles, sobre todo a los de cierta edad, les resultará familiar.
Mientras filmaba el intento de golpe de Estado que una unidad del ejército llevó a cabo en Santiago en junio de 1973, el cámara argentino Leonardo Henrichsen filmó su propia muerte cuando, en lo que se llamó El Tanquetazo, el militar Héctor Bustamante Gómez le disparó. La identidad del asesino no se conoció hasta el año 2005. Un año después, una juez decretó que el delito ya había prescrito, de modo que quedó impune.
“El golpe de Estado” (1976)
Ante el intento de golpe de Estado de junio de 1973, la Democracia Cristiana fue prudente; esperó a que el cuartelazo fracasara para declararse leal al Gobierno. No obstante, el Congreso rechazó la petición de conceder poderes especiales al presidente. El Ejecutivo ofreció a la Democracia Cristiana formar parte del mismo, pero este partido no aceptó el ofrecimiento.
La situación en el país cada vez era más difícil. Los trabajadores pedían que se armara al pueblo, pero Salvador Allende se negó siempre a facilitar que se produjera una guerra civil. En algunas escenas de diferentes actos, aparecen militares que, sin duda, son significativos para la historia inmediatamente posterior del país, pero únicamente lo serán para las personas capaces de identificarlos; es decir, que para los no chilenos, esa representatividad queda muy reducida.
Al igual que en la primera parte, en esta segunda se trata del paro del sector del transporte –huelga de la que se dice que contó con ayuda del Gobierno de Estados Unidos– y de otras acciones tendentes a crear una situación caótica; por ejemplo, los allanamientos de fábricas por el Ejército con la intención de hallar armas escondidas, pero como no las había no fue posible encontrarlas.
Entre los militares, varios de ellos renunciaron a sus cargos y así fue cómo el general Augusto Pinochet llegó a ser comandante en jefe del Ejército.
Allende había dicho que el 11 de septiembre de 1973 convocaría un plebiscito para que el pueblo decidiera si quería que continuara gobernando o prefería que dimitiera. Como se sabe, esa fue precisamente la fecha en que se dio el golpe de Estado, de modo que el plebiscito ya no pudo ser convocado.
El golpe lo empezó la Marina con el apoyo de buques de guerra norteamericanos.
“El poder popular” (1979)
Aunque cronológicamente correspondería que esta última parte del documental fuera la primera, porque trata de los comienzos del Gobierno de Salvador Allende, es la tercera.
Expone la victoria de Allende en las elecciones presidenciales del año 1971. Se indican las principales medidas de la UP: la nacionalización de las grandes minas, de los bancos nacionales y extranjeros, la expropiación de las tierras cultivables, el control de las empresas monopolísticas…
Se relata, al igual que ya se había hecho en las dos partes anteriores, la huelga de transportes, impulsada por el Partido Nacional con el apoyo de la Democracia Cristiana y el Gobierno de Estados Unidos.
Las empresas controladas por los obreros pudieron continuar funcionando a pesar del boicot de una parte de sus dirigentes. Los trabajadores más expertos asumieron la dirección con el apoyo de los pocos ingenieros favorables a las medidas del Gobierno. Para acabar con la huelga, el Ejecutivo decidió congraciarse con la Democracia Cristiana y, para ello, incorporó a algunos jefes militares.
Metodología de trabajo
Como metodología de trabajo para la realización de este documental se tuvo en cuenta la exposición cronológica de los hechos, así como exponer el diálogo de contrarios; es decir, incluir declaraciones tanto de la derecha como de la izquierda.
Se decidió filmar mediante planos secuencia siempre que fuera posible. El director de fotografía fue Jorge Müller Silva, quien, tras el golpe de Estado, fue detenido y falleció en un campo de concentración en 1974.
La máxima preocupación de Guzmán a partir del golpe militar fue preservar todo el material que había filmado. Para ello, lo escondió en casa de un tío suyo. Como que la mejor manera de que algo no se sepa es no explicárselo a nadie, ni siquiera el equipo de filmación conocía cuál era el escondite. Guzmán no quedó tranquilo hasta que consiguió trasladar el material a la Embajada de Suecia y ésta, por valija diplomática, pudo embarcarlo en un buque sueco que lo llevó a Estocolmo.
El documental se montó en Cuba y su director asegura que pudo realizar el montaje sin ningún tipo de intervención por parte de nadie, y que lo hizo con total libertad. Tuvo dificultades técnicas, eso sí, porque las moviolas eran soviéticas y de muy baja calidad.
Patricio Guzmán no se libró de ser detenido. Estuvo preso en el estadio de Santiago, pero como no estaba afiliado a ningún partido político y, además, había estudiado cine en la España franquista, no se le consideró peligroso y fue liberado 14 días después de haber sido internado en el estadio. Más tarde, sus compañeros de la Escuela de Cine de Madrid le costearon el billete para que pudiera viajar a la capital de España.
Galardones
El documental ha sido muy galardonado. Entre los premios recibidos destacan el de la Asociación de Críticos Cinematográficos de Francia (1976), el del Jurado del Festival Internacional de Leipzig (1976), así como los de los festivales de Grenoble (1975, 1976), Bruselas (1977), Benalmádena (1977) y La Habana (1979).
Otras obras
Aunque su película más conocida es La batalla de Chile, Patricio Guzmán ha dirigido otros filmes, algunos de los cuales serán exhibidos en este ciclo que ofrece la Filmoteca.
Memoria obstinada (1997)
El documental explica que la gente se ha esforzado en olvidar los malos momentos vividos.
Se van recordando distintos hechos del pasado a partir de algunas entrevistas. Uno de los narradores fue defensor del Palacio de la Moneda el día del golpe de Estado, que volvió a su país 26 años después.
En un reencuentro con algunas personas que vivieron de modo muy cercano el golpe de Estado, se sostiene que la opinión pública chilena está siendo manipulada y se muestra cómo la juventud está muy dividida respecto a lo que supuso el golpe militar.
Salvador Allende (2004)
Este documental se basa en recuerdos de personas que conocieron al presidente Salvador Allende. Se explica que Allende era revolucionario y demócrata al mismo tiempo, que no era marxista-leninista, sino que se inspiró en la Revolución Francesa, y que no aceptaba el partido único de gobierno ni la dictadura del proletariado. En el documental se afirma que más bien era libertario.
Una entrevista muy relevante es la que se hace a quien fue embajador de Estados Unidos en Chile en la época en que se dio el golpe. El diplomático reconoce que su país estaba contra Allende porque quería contrarrestar la influencia de Fidel Castro en América Latina. Aunque admite este hecho, soslaya la pregunta de cuánto dinero le dio Estados Unidos a la derecha chilena en su guerra contra Allende.
Hablan también Hortensia Busi, esposa de Allende, y sus hijas Isabel y Carmen, así como quien fue secretaria del presidente hasta el último momento, cuando éste conminó a todos sus colaboradores a que abandonaran el Palacio de la Moneda porque estaba siendo bombardeado.
En el filme se explica que Cuba ofreció su apoyo con armas y hombres, pero que, en cambio, la Unión Soviética denegó cualquier ayuda.
Patricio Guzmán reconoce que Salvador Allende le influyó personalmente y que él no sería quien es sin el ejemplo del presidente.
Óscar Saa, el técnico de las estrellas (2010)
Es un documental que tiene una duración de 10 minutos acerca del técnico que está al cargo del telescopio del observatorio astronómico de Cerro Tololo. El observatorio está situado en una zona chilena en la que el ambiente es tan límpido que permite ver los planetas en pleno día e incluso a simple vista.
El técnico muestra el funcionamiento del telescopio y su interior. Y afirma: “El astrónomo trata de comprender la filosofía del Universo”.
Chile, una galaxia de problemas (2010)
En este documental, Guzmán vuelve a exponer el tema de la memoria respecto de la historia reciente de Chile, que ya trató en su película Memoria obstinada. A través del testimonio de varias personas, se explica que la sociedad chilena intenta no recordar la época tenebrosa de gobierno militar, lo cual conduce de forma natural al olvido de las barbaridades que se cometieron y, en consecuencia, a facilitar la impunidad.
La mayor parte de los entrevistados coinciden, expresándolo de distintas formas, en que se quiere convertir a Chile en un país sin pasado, en el que éste y, en consecuencia, el exterminio que sufrió se olviden. Para ayudar a que se produzca esta amnesia colectiva, es necesaria la colaboración de los medios de comunicación, de los que se afirma que están construyendo una realidad falsa. Sin embargo, no todos los medios actúan igual, ya que una de las personas entrevistadas afirma que las cosas que ocurrieron durante el gobierno militar se van sabiendo por los periodistas, las víctimas y personas honestas, pero nunca por los políticos. No obstante lo anterior, se concluye que ninguna sociedad puede construirse sobre la base del olvido y se califica éste como la consecuencia del compromiso que se alcanzó con el general Pinochet durante la Transición en ese país, acerca de que algunas cosas no se tocarían ni se hablaría de ellas.
Otro entrevistado es el general Juan Emilio Cheyre, ex comandante en jefe del Ejército entre 2002 y 2006. De sus palabras se desprende que intenta nadar entre dos aguas; ni exime por completo de responsabilidad al Ejército, ni lo condena. Sostiene que el pasado depende sobre todo de cómo lo vivió cada persona. A Pinochet lo califica de personaje histórico al que le tocó vivir y actuar en una época difícil, pero procura no definirse de modo rotundo sobre este militar.
Cheyre reconoce que él formó parte del golpe de Estado y sostiene que los militares actuaron porque las instituciones de la República los llamaron. Concluye con una llamada al perdón.
El documental finaliza de un modo poco alentador: miembros de la Marina cantan un himno en el que se ensalza la victoria; no se cita cuál es ésta, pero puede imaginarse.
El botón de nácar (2015)
Este documental es, en realidad, un poema sobre el agua. Se entrevista a habitantes de la Patagonia sur y se muestran imágenes del agua y de las nieves eternas.
Se critica la intolerancia y se compara el exterminio de los indígenas de la zona con la de los opositores políticos. Los últimos 30 minutos de la película, aproximadamente, están dedicados a los desaparecidos que la dictadura lanzó al mar. En uno de estos cadáveres se halló un botón de nácar similar al que, muchos años antes, se había encontrado en el cuerpo de uno de los indígenas exterminados.
La Filmoteca proyectará también en este ciclo los siguientes filmes: En nombre de Dios (1987), La isla de Robinson Crusoe (1999), Mon Jules Verne (2005), Nostalgia de la luz (2010) y Astrónomos de mi barrio (2010).
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