‘El regreso de las golondrinas’, retorno al polvo

Tras hacerse con la Espiga de Oro a la Mejor película de la pasada SEMINCI de Valladolid, el film chino El regreso de las golondrinas (en inglés, Return to Dust – Retorno al polvo – y en chino, Escondidos en el polvo – Yin ru chen yan -, títulos quizá algo más pertinentes desde un punto de vista narrativo), llega finalmente a los cines de toda España este viernes 14 de julio. La película es la bonita historia de amor de Ma y Guiying, una pareja que se ha casado mediante un matrimonio concertado tras haber sido expulsados de sus respectivas familias y que deberá hacer lo posible por sobrevivir bajo muy precarias condiciones en un entorno rural en el que deberán empezar de cero trabajando por construirse un techo.

Sin lugar a dudas, una película muy bella, triste, melancólica, poética -narrada a través de preciosas imágenes y metáforas visuales que remiten bastante a la filosofía zen-, por momentos hipnótica e incluso fascinante, pero también, aunque quizá sea algo personal, un tanto árida y no del todo fácil, que por momentos parece abordar además temas como la dualidad entre el campo y la ciudad. Su principal baza reside, no obstante, en la manera en que se narra cómo el vínculo entre sus dos protagonistas se va estrechando, siendo en los momentos de mayor intimidad entre ambos personajes cuando el film más se crece, pero aún así da la sensación de que a la película le cuesta algo mantener ese nivel de interés por parte del espectador a lo largo de todo el metraje, haciéndose larga por momentos y situando al público entre dentro y fuera de la historia. Pero como digo, lo más probable se trate de algo personal, pues en líneas generales puede decirse que, sin ser como menciono una obra del todo sencilla, “El regreso de las golondrinas” es una película más que notable y emotiva en la que se sigue pensando detenidamente después de su visionado, resultando de lo más recomendable para quien busque una propuesta algo más alternativa en medio de un verano en el que, como cada año, los blockbusters copan nuestra cartelera.