Tras ganar en 2017 el Goya a Mejor Película de Animación por Psiconautas: los niños olvidados (codirigida con Pedro Rivero), el director e historietista gallego Alberto Vázquez regresa al mundo del largometraje con Unicorn Wars, película que, avanzo, es posiblemente la cinta de animación más bestia, sádica, extravagante, espectacular e incluso divertida que verás este año. Cine bélico en toda regla, pero también todo un disfrute para los fans del fantástico y del gore más malsano y brutal. Probablemente no haga falta ya decirlo a estas alturas, pero por si hay padres despistados, absténganse de ir con sus hijos.
Y es que Unicorn Wars es la historia de un asesino. Como explica al inicio el narrador (voz en off de Ramón Barea), hace tiempo los ositos encontraron un libro sagrado que les permitió vivir en armonía en el Bosque Mágico, pero los unicornios, celosos, decidieron atacar con todo e iniciaron la llamada guerra sagrada. Desde entonces, existe una profecía: el que beba la sangre del último unicornio, se convertirá en hermoso y eterno. Y es en este panorama donde aparece nuestro protagonista: Azulín – personaje, por cierto, fantásticamente caracterizado – es un osito soldado que forma parte del ejército junto a su hermano, gordo, y que está obsesionado con ser aquel que se convierta en hermoso y eterno desde que su madre dejara a su padre, que se consideraba un fracasado, cuando era un niño. Antes de separarse, su padre le dio un consejo: “Tienes que ser siempre el mejor en todo. Sólo así te respetarán”. Desde entonces, Azulín hará todo cuanto esté en su mano por demostrar lo que vale.
Haciendo gala de un impecable diseño de animación, Unicorn Wars se erige como una maravilla alucinada y lisérgica, de esas que aparecen cada poco, y en la que tampoco faltan algunos delirios surrealistas, como la oscura y retorcida secuencia en la que los ositos del ejército empiezan a desvariar tras hincarle el diente a unos gusanos llenos de droga que andaban por el bosque. En definitiva, una película destinada a convertirse desde ya en la competencia adulta de Tadeo Jones 3. La tabla esmeralda de cara a hacerse con el premio Goya a Mejor Película de Animación el año que viene, y un film que llama a todos aquellos amantes de las propuestas cañeras, del heavy metal y, por qué no decirlo, de la droga dura.
Be the first to comment