‘La mami’, de las mujeres del Barba Azul

Llega a los cines de España La mami, el último largometraje documental de la mexicana Laura Herrero. Mejor Film Nacional en la 27 edición del festival L’Alternativa, Mención Especial del Jurado en el Festival de Málaga y en el D’A Film Festival y nominado a Mejor Documental y Mejor Montaje en los premios Gaudí.

Por definición la madre es la mujer que concibe hijos aunque doña Olga, la protagonista de La mami, no ha parido a ninguna de las mujeres del cabaret Barba Azul que cuida y regaña con afecto.

En el cuarto de baño, un cubículo sin luz natural pero con grandes espejos, las mujeres se arreglan con gran parsimonia. La mami las observa desde su corralito improvisado alrededor de una de las pilas. Es una mujer de avanzada edad, con sus cejas perfiladas y dignidad impasible, que se encarga de la limpieza de los urinarios y la dosificación del papel higiénico. Priscilla, la recién llegada, se aplica la base de maquillaje seguida de la máscara de pestañas, el pintalabios, etc. La cámara de Herrero observa sin patetismos ni melodramas el comedido ritual de unos rostros que se tornan en reflejo en un gran cristal. Uno de ellos es Priscilla, máscara con que Carmen interpreta el personaje de dama “que debe trabajar por una causa, la familia”.

Al famoso cabaret de la Ciudad de México acuden mujeres necesitadas de ganar dinero como Carmen con un hijo con cáncer. Es viuda y explica que no se casa por miedo a que el nuevo marido maltrate a sus hijos. En cuanto reúna los pesos para la intervención se irá. Su necesidad es la de otras muchas mujeres. Hasta 28 han llegado a ser. Y es que en el lavabo se cuenta todo. Es un refugio en la parte alta del cabaret. Mientras abajo, el averno, es oscuro y ruidoso. Un lugar de diversión y de lascivia, del que las mujeres procuran salir indemnes.

“¿Cómo se es puta?” Pregunta una de las usuarias del baño. A lo que doña Olga se apresura a aclarar que ellas son ficheras que beben junto a los hombres a los que acompañan en esa noche. En su día doña Olga también fue fichera en este lugar y, aunque ha tenido oportunidad de jubilarse, ha vuelto al cabaret para hacer del baño su guarida, su razón de ser. Y todas estas tramas de La mami lejos de conformar otra ficción de mujeres arrastradas por los designios del irreverente mundo que les tocó vivir, constituyen la mirada de Laura Herrero sobre la realidad de estas mujeres-madre que afrontan su vida con determinación gracias a la sororidad que se gesta en el baño del Barba Azul.