El porcentaje de realizadoras alcanza el 27%, diez puntos más que hace diez años.
Siete de cada diez cortometrajes españoles en 2019 fueron dirigidos por un hombre, una cifra todavía mucho mayor respecto al volumen de obras de este formato que cuentan con la dirección de una mujer, que en el último año supuso el 27%, cuatro puntos porcentuales más que en 2018 y diez puntos más que hace una década, según datos de la organización de los Premios Fugaz al Cortometraje Español. Si tenemos en cuenta que el 3% restante pertenece a cortos dirigidos por varios cineastas de sexos dispares, nos encontramos con un escenario cada vez más paritario en cuanto a cuestiones de género se refiere.
Samuel Rodríguez, codirector de los Premios Fugaz, ha destacado que “el hecho de que haya cada vez más directoras haciendo cortometrajes es un paso importante para su consolidación en la industria, ya que la mayoría de cineastas empiezan trabajando con este formato antes de afianzarse”.
La mayoría de estos cineastas tiene entre 31 y 40 años (39%) y ha nacido en Madrid (28%), Andalucía (13%) y Cataluña (10%). Además, un 19% de los cortometrajistas que se abren paso en la capital son originarios de otras comunidades.
Esta radiografía es fruto de los datos extraídos de los 589 cortometrajes inscritos en la edición de 2019. Los Premios Fugaz son los principales galardones del cortometraje español y los únicos decididos por una gran comisión de profesionales compuesta por más de 500 personas vinculadas al sector del cortometraje.
El drama de ficción sigue siendo lo más recurrente
La ficción sigue imponiéndose como género cinematográfico más utilizado en la producción de cortometrajes (75%), seguido del cine documental (12%) y el cine de animación (5%). La duración de los cortometrajes más habitual oscila entre los 10 y los 19 minutos (47%), seguida del tramo más breve (hasta 10 minutos, 38%) y el más duradero (de 20 a 30 minutos, 15%). La mayoría de los cortometrajes han sido rodados únicamente en Madrid (35%), Andalucía (11%) y Cataluña (10%).
El drama (33%) y la comedia (12%) son las dos descripciones más utilizadas en el proceso de inscripción de las obras, seguidas de la integración (9%) y, con el 4% cada una, la ciencia ficción, adolescencia, tercera edad, discapacidad, terror y LGTBI+.
Según el informe, las realizadoras siguen patrones similares, pero están más abiertas a explorar otros géneros cinematográficos. El 17% de las obras presentadas por mujeres pertenece al género documental, cifra que en los hombres desciende al 11% (en beneficio de la ficción). Algo similar sucede con el cine experimental, con el añadido de que hay más cortometrajes con esta descripción dirigidos por mujeres (9 obras) que por hombres (6).
El drama de ficción de 12 minutos de media es el género estrella
Respecto a las diferencias temáticas, las directoras realizan más historias sobre arte, infancia, adolescencia y medio ambiente que ellos. Por su parte, a los realizadores les atraen más las historias de ciencia ficción o los conflictos bélicos que a ellas.
El 76% de los cortometrajes están únicamente en castellano, seguido del inglés (3%), el gallego (2%), el catalán (1%) y el euskera (1%). El 6% de los cortometrajes ha sido inscrito en varias lenguas -incluidas las ya descritas- y el 7% no tiene diálogos. El resto de las obras está en muchos otros idiomas como el francés, alemán, ruso, rumano, árabe, farsi, italiano, japonés, chino, coreano, finlandés, hindi, mandarín, krio, kirguís, tagalo, polaco o sirio.
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