En tan solo veinticuatro horas Joan Pera pasará de recibir el Gaudí de Honor-Premio Miquel Porter a su trayectoria en el mundo del cine como actor y actor de doblaje a competir por la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos al mejor actor revelación por su papel en la película de Daniel Monzón Yucatán. Joan Pera, de 70 años de edad, fue candidato al premio Goya al mejor actor secundario por esta película pero finalmente, y tal vez de manera injusta, no fue nominado, así como tampoco al premio Gaudí, donde la competencia era menor y hubiese sido un justo ganador. En Yucatán Pera interpreta a un pobre hombre (que no un hombre pobre) que decide viajar en crucero con su familia a la península del Yucatán para reencontrarse y reconciliarse con sus orígenes y que se convierte en el objetivo de los estafadores interpretados por Luis Tosar y Rodrigo de la Serna, que viajan en el mismo barco.
Tal vez por eso, la Academia del Cine Catalán decidió conceder, días después del anuncio de las nominaciones, su premio honorífico a este actor catalán famoso por ser el doblador de Woody Allen, Rowan Atkinson y del robot C3PO. El director neoyorkino, admirador del trabajo de Pera como doblador, al que llegó a calificar como su “pequeño milagro europeo”, le dio un pequeño papel en Vicky Cristina Barcelona en señal de agradecimiento. Anoche, al recibir el Gaudí de Honor, Joan Pera hizo una defensa del doblaje y de sus compañeros de profesión: “una pequeña reflexión: si gracias a Gutenberg pudimos leer la Biblia sin saber hebreo, gracias al doblaje podemos entender las películas de todo el mundo”.
Se trata de la segunda aparición del carismático Joan Pera en los premios del cine catalán, pues fue nominado diez años atrás por su primer papel protagonista en cine, en la película Forasters de Ventura Pons. Además, es conocido por sus papeles en televisión y especialmente en teatro, donde en 1994 estrenó junto a Paco Morán la obra La extraña pareja, de Neil Simon, que se mantuvo más de cinco años en cartel y cuya última representación batió el récord Guiness a la función teatral con más entradas vendidas de la historia. Tuvo lugar en el Palau Sant Jordi de Barcelona y se agolparon 14.797 espectadores.
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