Los paseos invernales de Jon Snow y las carreras de Fast and Furious o los paisajes imposibles de Star Wars y Blade Runner declararon el amor de la industria cinematográfica mundial por Islandia. Sin embargo, el país seguía sin contar con unos estudios cinematográficos a esa escala. Hasta ahora. Baltasar Kormákur acaba de inaugurar la primera parte de un enorme complejo de 20.000 metros cuadrados que contará con platós, oficinas y una auténtica ciudad para facilitar los rodajes locales y extranjeros en el país.
Antes de la ‘nueva’ ola de cineastas compatriotas, a Baltasar Kormákur (Reykjavík, 1966) le correspondió el reto y el honor de situar a Islandia en el mapa del cine mundial. Primero como actor. Después, como director y productor. Lejos quedaban ya 101 Reykjavík y Las marismas cuando Hollywood puso sus ojos en él. The Deep, la historia de un naufragio basada en hechos reales, es el eslabón que une su carrera a los dos lados del Atlántico. La meca del cine americano hizo de él el cineasta de los relatos de supervivencia. Aquel marinero islandés naufragado dio paso a los escaladores de Everest y, ahora, a la pareja enamorada de Adrift, interpretada por Shailene Woodley y Sam Caflin. El film se estrenará el próximo 1 de junio en Estados Unidos.
Sin embargo, Kormákur no ha dejado nunca de lado la vertiente islandesa de su filmografía, que revitalizó en 2016 con la serie Trapped. Fue ese mismo año cuando, en el marco del Reykjavík Film Festival, reveló a la revista Screen su intención de construir un Hollywood a la islandesa en su país natal. Una ciudad de cine que funcionara como incubadora para las industrias creativas.
Llevaba desde finales de los 90 soñando con un proyecto por el que hizo un primer desembolso de 2,6 millones de dólares para la compra de un terreno en la zona de Gufunes, a 15 minutos de la capital. Las supuestas facilidades que el Ayuntamiento de Reykjavík dio a la ampliación de dicha compra tuvieron el voto en contra del Partido de la Independencia, que consideraba que los terrenos que había adquirido deberían haber salido a subasta pública.
Polémicas aparte, los Reykjavík Studios siguieron adelante. Dos años de obras finalizaron esta misma semana con la apertura de la primera fase de un complejo de 20.000 metros construido “por cineastas para cineastas”, como subraya Kormákur. El epicentro es un estudio de 3,200 metros cuadrados y 18 metros de altura que se inaugurará el próximo 1 de junio, al que seguirá la construcción de oficinas, salas de reunión, almacenes de vestuario y arte, etc. Islandia pasa de una ausencia prácticamente total de infraestructuras cinematográficas -la televisión pública RÚV era la única productora que contaba con instalaciones de este tipo a pequeña escala- a tener uno de los mayores estudios de producción de toda Escandinavia. Netflix ya se ha interesado en rodar en ellos.
Baltasar Kormákur -nieto del músico mallorquín Baltasar Samper e hijo del pintor catalán del mismo nombre- asegura que su ciudad del cine también abrirá la puerta a la televisión, el arte, el diseño, la moda y la música. Una suerte de hub en el que también tendrán hueco los emprendedores y las start-up.
“En cinco o diez años será el sitio más cool de Reykjavík. Mucho más que Hollywood”, presume a The Grapevine Reykjavík. Porque su idea es construir también 250 apartamentos en la zona para que creadores y técnicos puedan vivir y trabajar en el lugar. Pese a la falta de estadísticas oficiales del Icelandic Film Centre, el número de producciones extranjeras que ruedan en Islandia ha crecido tanto en los últimos años que, dada las escasas infraestructuras hoteleras, el sector entró en grave competencia con el turismo. “Downtown -el conocido como distrito 101- ha sido absorbido por el turismo, así que creo que hay una oportunidad de construir algo lejos de allí donde la gente creativa pueda trasladarse y establecerse”.
Por el momento ha sido precisamente su serie Trapped la primera en inaugurar el complejo con el rodaje de su segunda temporada. Otro proyecto del propio Kormákur podría beneficiarse pronto de los nuevos estudios: la esperada película y miniserie que adaptará Gente independiente, la novela del Nobel islandés Halldór Laxness.
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