Sorprendió a todos los presentes en el pasado Festival de Sitges cantando la canción “Over at the Frankenstein Place” de la película The Rocky Horror Picture Show. Susan Sarandon recogió el Premio Honorífico a su larga y reconocida carrera como actriz, en la cual ha destacado por sus personajes en Thelma y Louise, Pena de muerte y Una madre imperfecta. Tres películas que para ella supusieron algo más que meros trabajos, tal y como reconoció durante sus intervenciones en el festival.
Unos días antes de desembarcar en Sitges, Susan Sarandon cumplió 71 años. Una edad que ya permite con facilidad hacer un repaso a su trayectoria por la cual han pasado papeles importantes, pequeños, emblemáticos… “Soy una actriz de personajes, es decir, he hecho muchos tipos diferentes y, al final, mi carrera ha sido bastante variada”, afirmó satisfecha.
“Por suerte sigo trabajando. Lo que sí es cierto es que hay una tendencia en auge para trabajar en televisión porque hay muchas plataformas. Lo bueno de la televisión es que no tiene que gustar a todo el mundo ni a todas las audiencias. Así, los personajes femeninos pueden ser más arriesgados y poderosos”, explicaba Sarandon. En este sentido añadía que “la televisión ha empezado a dar personajes femeninos con más fuerza y atractivos. En cambio, el cine se ha quedado atrás en ese aspecto.”
Uno de sus trabajos más recientes precisamente está envuelto de cine. La serie Feud, en la que da vida a una Bette Davis que tiene que lidiar con Joan Crawford, le ha supuesto la consolidación en el mundo de las series de culto, aunque al principio no confiara demasiado en el proyecto. “Durante muchos años me pidieron que hiciera el papel de Bette Davis en una película, pero no veía un guión que me interesara. Luego, Ryan Murphy (el director de la serie) me convenció para hacer una serie de televisión. Me abrumaba el hecho de interpretar Bette Davis porque siempre ha sido un icono y tenía una forma muy particular con unos gestos muy secos que se han vuelto clichés. Era un personaje enorme.” Durante la preparación del personaje Sarandon admite que se dio cuenta de que “Bette Davis y yo teníamos bastantes cosas en común como actrices y cómo entendemos el hecho de actuar. Coincidíamos más de lo que pensaba. Eso sí, no soy alcohólica y estoy bien con mi familia“.
Los cambios en el cine de Hollywood: “ni están ni se les espera”
Durante su paso por el festival, Sarandon fue muy crítica con la industria del cine en Hollywood, especialmente por su estancamiento y su conservadurismo a la hora de apostar por proyectos que aporten algo nuevo. “En Hollywood no tienen ninguna motivación para hacer cambios, sino que van con el piloto automático. Aun así, cada vez hay más plataformas y ámbitos donde otro tipo de cine es posible. Hay historias de cine independiente que cada vez son más fáciles de hacer y de ver gracias a las nuevas tecnologías. Sería mejor que no miráramos a Hollywood, ya que ahora está formado por banqueros que tienen una mentalidad de beneficio financiero. Son, básicamente, matemáticos, ya que sólo miran la manera de encontrar la rentabilidad en los proyectos y poco tienen que ver con el arte”, comentó Sarandon, quién sentenció que “no tengo fe en Hollywood, que está más pendiente en hacer blockbusters, sino en los creadores que están surgiendo y que innovan”.
Las redes sociales como vara de medir el éxito de un actor
Cualquier actor, cantante o persona conocida tiene que proteger diariamente su vida privada del ataque de fans, paparazzis o simples curiosos que sacan provecho de cualquier situación para hacerse un selfie con su personaje favorito. “En los años 60, los estudios protegían a los actores y había más misterio porque se mantenía cierta distancia entre el público y las estrellas de cine. Nadie se podía acercar a ellas, pero sí había muchas fuentes de cotilleo”, explica Sarandon, quien lamenta que “ahora ya no hay tanto misterio porque hay mucha más libertad y te pueden fotografiar con tu familia comiendo, por ejemplo”.
La actriz americana también apuntó que “las redes sociales desde luego han cambiado la idea de lo que significa ser famoso, sobre todo para la gente joven”, explica Sarandon. En su opinión “ahora los jóvenes sólo quieren ser famosos. No están tan interesados en ser actores o cantantes”. Aun así, para la artista hay algo positivo en las redes sociales porque “ofrece más posibilidades para dar a conocer lo que uno hace.”
En este aspecto, Sarandon confesó sentir un poco de miedo por “lo que está pasando en el mundo de la moda, la publicidad, la televisión y el cine, ya que muchos castings se hacen en base al número de seguidores que el actor tiene en las redes sociales. Es algo bastante difícil de entender. A lo mejor hay dos o tres actores que pueden encajar en el papel y se escoge el que tiene más seguidores en las redes sociales, algo que por parte de los estudios es bastante poco profesional.”
La interpretación: una carrera de la que vivir y pasarlo bien
A esta altura de su carrera, Susan Sarandon ya puede permitirse el lujo de escoger a su antojo los proyectos en los cuales participar. Pero este camino no siempre fue fácil: “cuando mis hijos eran pequeños tenía más obligaciones y tenía que escoger en función de dónde iba a rodar.” Ahora, en cambio, decide con más libertad. “Primero de todo quiero pasármelo bien y luego hacer algo que nunca he hecho antes y participar en proyectos que me supongan un reto”, comentaba
Al fin y al cabo, la actriz reconoce que no tuvo demasiada opción a la hora de decidir su carrera profesional. “Este es el tipo de trabajo que haces porque realmente lo quieres hacer y porque no hacerlo te duele“, confesaba.
En teatro sí, pero pequeñas producciones
Aunque tiene varios proyectos cinematográficos sobre la mesa, Susan Sarandon no olvida el teatro. “Estuve en Broadway los últimos tres años, pero no quiero volver porque es demasiado cansado atender toda la prensa y hacer promoción de la obra. Prefiero hacer producciones pequeñas de teatro.” Sobre la dicotomía entre cine, teatro y sexo tuvo ocasión de hacer un gracioso paralelismo: “la diferencia entre hacer teatro y hacer cine es la diferencia que hay entre hacer el amor y masturbarse porque en el primer caso es donde te puedes explayar y tienes delante al público mientras que en el segundo caso se hace en solitario”.
A la actriz estadounidense, pues, vemos que le queda cuerda para rato y que, a pesar de sus 71 años, está lejos de jubilarse.
Fotografías por cortesía del Sitges Film Festival
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