A escasas horas de la celebración de la gala de los Goya 2022, cinco redactores de ‘Industrias del Cine’ defienden las cinco nominadas a mejor película.
¿Por qué ‘El buen patrón’ debe ganar el Goya a la mejor película?
Por Miquel Felipe.
Sátira despiadada sobre la situación laboral que se vive en España, pues ofrece una mirada absolutamente crítica entorno a la figura del empresario, la comedia de Fernando León de Aranoa destaca no sólo por su capacidad para entretener y hacer reír y disfrutar al espectador, sino también por ser un estupendo trabajo de guion. Además, la brillante interpretación de Javier Bardem como el carismático jefe de una fábrica de básculas asegura con facilidad el interés del público, y el hecho de contar con un trasfondo serio la convierte prácticamente en una tragicomedia que nada desentonaría entre las recientes ganadoras del galardón a Mejor Película.
¿Por qué ‘Libertad’ debe ganar el Goya a la mejor película?
Por Arnau Martín Camarasa.
La gala de los Goya cuenta con el debut de Clara Roquet en materia de largometrajes, y resulta ser uno de los más sutiles, complejos y solventes que han podido verse en el marco del cine catalán contemporáneo. Se nos presenta un cálido juego cromático y un pulido diseño de interiores, que aprende de Cuarón o Pialat para el dignísimo acercamiento a una cuidadora y la familia que la rodea. El guion se traduce en unas jóvenes actrices muy naturales, en una sagaz equidistancia en el conflicto generacional y en un cierre susceptible de provocar un pequeño escalofrío en la espina dorsal.
Una ópera prima que desbroza un interesantísimo camino, y que también especula hacia la disección de la hipocresía de la clase acomodada catalana, que queda implícita en los gestos y tajante en las acciones.
¿Por qué ‘Madres paralelas’ debe ganar el Goya a la mejor película?
Por Pablo Sancho París.
La última película de Pedro Almodóvar ha estado rodeada de polémicas desde su estreno en el pasado Festival de Venecia, donde Penélope Cruz se alzó con la preciada Copa Volpi a la mejor actriz. Alabada por la crítica internacional y vilipendiada por buena parte de la crítica española, Almodóvar arriesga engarzando un relato sobre una maternidad equívoca y el pasado de nuestro país enterrado aún en fosas comunes. Ambas líneas narrativas, aparentemente alejadas temáticamente, tienen en el plano simbólico todo el sentido del mundo. La memoria pasada y la desmemoria presente y como lidiar con una verdad oculta y silenciada a prueba de ADN. En este país se siguen trayendo almas al mundo cuando muchas todavía no descansan en paz.
Madres paralelas es el Almodóvar más político. Aquél que con una clara intencionalidad denuncia y es altavoz internacional de la inaudita situación que se vive en España en relación a las fosas comunes. Un director consolidado como él podría haber esquivado la denuncia, pero ha preferido mojarse. El público y la crítica internacional han captado un mensaje que en España ha molestado. Las dos nominaciones al Oscar son el colofón para una película que mereció ser la representante española en los Oscar. La Academia aún está a tiempo de rectificar otorgándole el Goya a la mejor película.
¿Por qué ‘Maixabel’ debe ganar el Goya a la mejor película?
Por Álvaro Gómez Illarramendi.
Maixabel es la película española que mejor demuestra este año la naturaleza compleja, sutil y emocionante del buen cine. Con los precedentes recientes de las series de Patria y La línea invisible, parecía evidente el riesgo de saturar al espectador con la temática del confusamente denominado “conflicto vasco”. Sin embargo, el milimétrico guion de Icíar Bollaín e Isa Campo huye de pretensiones omnicomprensivas y apuesta por transmitir el carácter real de sus personajes y situaciones a través de conversaciones de gran carga dramática que rezuman verdad. A ello contribuye un reparto en estado de gracia, formado por los mayúsculos Blanca Portillo y Luis Toras, las brillantes revelaciones de Urko Olazabal y María Cerezuela (admirable la apuesta de Bollaín por talento joven y local) y secundarios inolvidables como María Jesús Hoyos. La cámara huye de las ambiciones formales y se pone humildemente al servicio de esta crónica de dolor y esperanza. Esta película nos reconcilia, ahí es nada, con la capacidad humana de perdonar y de honrar a las víctimas perpetuando su legado de paz y de amor por su tierra y sus seres queridos.
¿Por qué ‘Mediterráneo’ debe ganar el Goya a la mejor película?
Por Claudia Guillén.
Mediterráneo nace para contar la historia real del nacimiento de la ONG Proactiva Open Arms en 2015, después de que un socorrista de Badalona, Òscar Camps, y parte de su equipo se dirigieran, sin un plan claro, a la isla griega de Lesbos para ayudar a las personas migrantes que intentaban, y siguen intentando, llegar a Europa desde Turquía y otros países que viven conflictos bélicos y humanitarios. Si el film de Marcel Barrena merece ganar el Goya no es por su trascendencia artística, no hace falta, sino por su humanismo en forma de relato hábil y emotivo. Y también didáctico, por qué no.
En gran parte gracias al sereno Eduard Fernández, la película no recurre al lagrimeo fácil (como sí hicieron decenas de periódicos y medios con la imagen del pequeño Aylan, cuyo cadáver solitario fue fotografiado en orillas griegas), aunque exalte la figura del héroe. Pero ¿no es, a la postre, Camps una suerte de héroe incómodo para muchos y admirado por tantos otros? Una película enmarcada dentro del cine como altavoz, con buenos intérpretes y diálogos, también es merecedora del tan codiciado galardón del cine español.
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