LAURA SUÁREZ: “Hay que inventarse nuevas experiencias entorno al cine”

Foto: Lucía Marcano

Daniel Fernández, Marie Jennings, Nacho Rodríguez, Laura Suárez y Cristina Rodríguez forman el equipo directivo de la Sala Equis, un espacio único en Madrid que retoma la herencia cinematográfica del antiguo Cine Alba para ofrecer una programación alternativa muy variada, que incluye ciclos temáticos, presentaciones, conciertos, exposiciones y muchas más actividades que tienen como nexo común la cultura.

La Sala Equis se engloba dentro de una propuesta cultural mucho más ambiciosa, que incluye un restaurante, una librería y un espacio que quiere ser punto de encuentro de diferentes expresiones creativas y de ocio. Todo ello ubicado en un palacete del siglo XX donde se encontraba la histórica redacción del diario El Imparcial.

Este sábado, 24 de noviembre, se cumplió un año de la inauguración de la Sala Equis, un proyecto singular del que hemos hablado con una de sus socios, Laura Suárez.

Hace un año se abrieron las puertas de la Sala Equis, un espacio cultural muy particular. ¿En España escasean este tipo de centros culturales?

A mi parecer sí, y de iniciativa privada como el nuestro más todavía. Y en un espacio tan singular como el nuestro, creo que no hay muchos, la verdad.

¿Teníais algún referente de espacios similares?

En mi caso, viví muchos años en París y tuve ocasión de ver muchos espacios interesantísimos como el Palais de Tokio, el Point Ephémère… Espacios multidisciplinares tanto públicos como privados que también los hay en otras ciudades como Berlín y Londres, aunque tampoco hay tantos así alrededor del mundo.

Daniel Fernández, Marie Jennings, Nacho Rodríguez, Laura Suárez y Cristina Rodríguez forman el equipo directivo de la Sala Equis. Foto: Estudio Dita

Actualmente, el equipo está formado por cinco personas. ¿Teníais alguna experiencia anterior en el sector cinematográfico?

No especialmente. Tres de ellos provienen del mundo de la hostelería y los otros dos venimos más del mundo del periodismo, la educación y la cultura. Para temas cinematográficos hemos contado con la ayuda de Jesús Mateos, de Sunset Cinema, que conoce la industria desde hace muchos años y es el que coordina la programación mensual de la sala junto a nosotros. La gente no sabe que poner un cine cuesta mucho dinero: contratar las películas, comprar un proyector DCP… Cuando te profesionalizas te das cuenta de que hay muchos actores implicados y de que es muy costoso sin ayudas externas rentabilizar la parte cinematográfica. No es nada delirante que los cines de España estén cerrando porque es algo muy caro de mantener.

¿Cuál es la línea editorial del proyecto y cómo trabajáis la programación?

Hay varios elementos. Tenemos la programación estrictamente cinematográfica, que se publica mensualmente, y está articulada en tres ejes: un ciclo principal de repertorio montado, generalmente, entorno a una temática como la violencia, la familia, cine y literatura…

Después suele haber dos subciclos más pequeños, más de autor y conceptual, que tratan temas sobre los cuales no hay demasiado material audiovisual. Se acompañan, por norma general, de charlas, presentaciones, invitados… Para que converjan la parte más audiovisual con otra más reflexiva y así los espectadores entren en un espacio de pensamiento sobre temas más vinculados a minorías, activistas o underground.

“No es nada delirante que los cines de España estén cerrando porque es algo muy caro de mantener”

El tercer eje se centra en los festivales que se puedan llegar a organizar y de los cuales nos cuadre ser una sede. Reservamos una parte de nuestra programación para hacer una apuesta más festivalera. Este mes, por ejemplo, acogemos el Festival Rizoma, que combina cine, arte y música con un compromiso con la comunidad.

¿Cómo ha sido la acogida tanto del público como de la propia industria cultural y cinematográfica?

Ha sido fantástica. Por un lado en el barrio, que está cambiando, los vecinos han reaccionado de una manera muy entusiasta  porque ofreces un servicio atractivo para la zona, un lugar de encuentro y un espacio cultural. Es muy bonito ver a la vecina de 80 años tomándose un vermut con el típico moderno de 22 años yendo juntos a un concierto, una charla o un festival de cortos. La Sala Equis genera un espacio colectivo mixto muy interesante.

Por otro lado, la industria ha reaccionado bien porque es un espacio más que suma a su negocio y a la cultura del cine.

Foto: Lucía Marcano

La oferta gastronómica es uno de los caballos de batalla de muchos cines y centros culturales. ¿Os ha resultado difícil incluirla?

Lo que hemos hecho es ampliar el concepto de ambigú, que es algo que existe en los cines y teatros y que consiste en ofrecer un servicio de bar antes o después de las películas o actividades. En nuestro caso, hemos estirado ese momento para obtener recursos económicos para sostener el espacio cultural. Era un elemento imprescindible para mantenerlo. Estamos en un contexto en el cual los cines cierran mensualmente porque no se sostienen y los que lo siguen es gracias a las palomitas. Eso es una realidad común a todos los cines. En España que una entrada te cueste 9 euros es una salvajada y teniendo en cuenta el salario mínimo y las condiciones laborales de las personas ir al cine se convierte casi en una actividad de lujo. Por este motivo nosotros también quisimos poner entradas más económicas y reposiciones de películas a un precio más reducido. Viendo un poco el mercado y las nuevas demandas de ocio que estaban apareciendo en la sociedad, en la que muchos tienen acceso a plataformas online en su casa, creemos que es importante poner en valor la experiencia colectiva que supone ver una película en común, de reír o llorar con gente que no conoces y luego poder tomar una cerveza y compartirlo.

Sorprende que la sala esté equipada con mesitas y puedas acceder con cócteles.

Sí, es otra particularidad que cada vez se va a empezar a ver más. Nosotros nos hemos anticipado un poco, pero algunos cines de centros comerciales han puesto sofás donde puedes hasta cenar y servicio de camarero. Eso indica que hay que inventarse nuevas experiencias entorno al cine. Solamente ver una película es algo que con las plataformas online pierde cada vez más el sentido. Tienes que ofrecer más cosas para que la experiencia cinematográfica compense y valga la pena a personas que sigan interesándose por el cine y que a la vez les apetezca compartirlo con otras personas. Al final es un modelo de ocio acorde con los tiempos que nos tocan.

Foto: Lucía Marcano

Después de este primer año, es momento de echar la vista atrás. ¿Qué balance hacéis?

El balance en general es positivo. Hemos trabajado muchísimo y, aunque estamos muy cansados por el esfuerzo que supone mantener un proyecto así, estamos muy felices porque la acogida de la gente ha sido muy buena y cada vez hacemos una programación más completa, a lo que también se suman propuestas cada vez más sugerentes que encajan con nuestro concepto y podemos servir de plataforma a artistas jóvenes que no encuentra espacios.

Quedan cosas por hacer, pero por ahora el balance es excelente, lo que nos da ánimos para seguir en la batalla.

¿Cuántas personas han pasado durante este tiempo por la Sala Equis?

Muchísimas. Semanalmente pueden pasar entre 2.000 y 3.000 personas en temporada alta, que sería todo el año menos el verano. En el caso de la sala de cine, suele haber entre 1.300 y 1.700 espectadores.

“El reto es seguir con el entusiasmo del barrio y de la gente en general con nuestro espacio”

¿Qué actividades tenéis pensadas para celebrar vuestro primer aniversario?

Todo este mes estamos organizando una programación muy intensa sin ninguna vocación promocional. No se trata de crear actividades concretas para celebrar el aniversario, sino hacer un mes con mucha actividad cultural a propósito pensando que sería un mes en el que la gente se iba a fijar que habíamos cumplido el primer año. Para nosotros era como satisfacernos y darnos una pequeña alegría hacer una programación en la que hubiera actos todo el rato. Era un homenaje a nuestro primer aniversario.

¿Cuáles son los retos de este segundo año que empieza?

Yo creo que el reto es seguir con el entusiasmo con el que hemos empezado. A veces, salen proyectos muy inflados y al poco tiempo se pinchan un poco porque la gente se cansa y hay más alternativas. Creo que un buen reto es lograr mantener el entusiasmo del barrio y de la gente en general con nuestro espacio, lo que implica seguir haciendo propuestas interesantes, innovadoras, seguir sirviendo de plataforma para artistas jóvenes… Hacer que la gente no se canse.

Lídia Oñate
Acerca de Lídia Oñate 93 Articles
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Pompeu Fabra y Máster en Dirección de Redes Sociales y Marketing Digital por Fundeun – Universidad de Alicante. Actualmente me encuentro inmersa en la distribución cinematográfica, un sector que vivo de lleno desde la comunicación y el marketing. Me encantan las bambalinas del mundo televisivo y cinematográfico, viajar (tanto cerca como lejos), hacer fotos de paisajes y gastronomía que luego irán a mi Instagram, disfrutar con la Historia y echar una partidas al Monopoly, la Play o lo que se tercie. Porque sí, la diversión en la vida es importante. Y el cine ayuda. Me podéis contactar en lidiaonate@industriasdelcine.com.

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