John Callaghan se consagró como uno de los caricaturistas más irreverentes de finales de siglo XX en EEUU. Plantó cara a la normativa social y venció su propia oscuridad mediante el dibujo y el humor negro. Un hombre con un pasado alcoholizado y demasiados fantasmas que, tras quedar tetrapléjico en un accidente de coche, canalizó sus frustraciones arrastradas desde la infancia en la caricatura crítica. Un hombre cuya historia ha inspirado a Gus Van Sant (Elephant, El Indomable Will Hunting) para realizar su decimoséptimo largometraje: No te preocupes, no llegará lejos a pie (Don’t worry, he won’t get far on foot), basándose directamente en las memorias de Callaghan que llevan el mismo nombre.
El que fuera considerado uno de los directores indies más conocidos e innovadores de las pasadas dos décadas sorprende con este biopic un tanto más clásico respecto a lo que entendemos como su estilo, aunque consigue recoger en el tono de la película lo que supone el humor de Callaghan: ácido, cínico y fresco.
Un Joaquín Phoenix pelirrojo y perfecto en el papel de Callaghan, y un Jonah Hill como su complemento ideal en el papel de Donnie (el psicólogo que le ayudó a vencer el alcoholismo y salir adelante). También un Jack Black sorprendentemente dramático en el papel de Dexter (o el hombre responsable del accidente de Callahan) y una Rooney Mara (Annu) discreta y eficaz completan el cuadro en este drama que, sin embargo, dejará al espectador un buen sabor de boca, a pesar de arrancar lágrimas y remover conciencias. A su potencial en el guion se le se suma un ritmo espabilado, una banda sonora compuesta por Danny Elfman y la narración lanzada desde varios tiempos. Cabe mencionar también las animaciones de las tiras cómicas del Callaghan real que dinamizan y adornan el transcurso de la película.
No te preocupes, no llegará lejos a pie se mueve entre el costumbrismo y la ironía blasfema, pero sin dejar de lado un poso profundo y la invitación a una reflexión interesante. Una mirada frontal a la redención, a la autoaceptación, a la inevitable huida hacia adelante.
Sin duda, un drama de los que no dejan indiferente. Ya sea por la delicadeza de Van Sant al retratar a Callaghan, por ese sentido del humor cínico que roza la incomodidad (pero que resulta, a la vez, tremendamente necesario) o por la credibilidad y la fuerza de Joaquín Phoenix, se trata de un estreno totalmente recomendable. Una película sobre superación, sobre tragedias reales, sobre muchas otras cosas. Pero fundamentalmente, una película sobre la importancia de saber perdonar y perdonarse.
Diamond Films España distribuye este sorprendente biopic que se estrenó en salas el 6 de julio. No se la pierdan.
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