Arrancamos la crónica de nuestra cuarta jornada en Cannes comentando los films Los hiperbóreos, de Joaquín Cociña y Cristóbal León – presentado en la Quinzena de Realizadores-, y Kinds of Kindness de Yorgos Lanthimos -presentada a competición oficial-.
‘Los hiperbóreos’, de Joaquín Cociña y Cristóbal León
Empezamos comentando el film Los hiperbóreos, el nuevo trabajo de los cineastas chilenos Joaquín Cociña y Cristóbal León, responsables del film de animación La casa lobo -inspirado en la historia real de Paul Schäfer, predicador alemán que huyó a Chile donde fundó una secta religiosa en la que se abusó de menores y varias personas contrarias a la dictadura de Pinochet fueron torturadas- y del segmento animado de Beau tiene miedo, último trabajo de Ari Aster con Joaquin Phoenix. En esta ocasión, Cociña y León han optado por hacer una película basada en la figura también real de Miguel Serrano, exnazi chileno, en quien de alguna manera se desdobla la psicóloga y protagonista del film Antonia Giesen, quien debe cumplir la misión de recuperar una película perdida que ha caído en manos de un extremista. Todo un prodigio técnico surreal en el que sus directores mezclan diferentes tipos de animación con imágenes reales y también diferentes tipos de soportes -del 16mm al VHS-, que podríamos decir que aborda diferentes géneros como el terror o la ciencia ficción, que realiza un impresionante homenaje al expresionismo alemán en su tramo final y con un desenlace que deja directamente sin palabras. Si la juzgáramos como un corto en vez de como un largometraje -al fin y al cabo, estamos ante una pieza de tan sólo 62 minutos que transcurren en una exhalación-, la obra de Cociña y León resultaría más que digna de aplauso por el hecho de que sus responsables se la hayan trabajado tanto.
‘Kinds of Kindness’, de Yorgos Lanthimos
Sin duda uno de los regresos más esperados de la presente edición del festival era el del griego Yorgos Lanthimos a la competición oficial siete años después de El sacrificio de un ciervo sagrado, galardonada con el premio al mejor guion en Cannes 2017. Tras la maravillosa Pobres criaturas, que pese a su radicalidad y su provocativo punto de partida logró conquistar a la crítica y al público por igual, todo parecía indicar que en esta ocasión Lanthimos continuaría en la misma línea, ofreciendo nuevamente una obra a caballo entre el cine convencional y el cine más puramente autoral que confirmaría su estatus de autor emergente en Hollywood. Sin embargo, lo bonito del séptimo arte es que no siempre nos da lo que esperamos, y Kinds of Kindness finalmente ha resultado ser todo lo contrario.
Y es que, al margen de la polémica generada tras el estreno de Megalópolis, probablemente estemos ante la película más curiosa vista hasta el momento y la que, si no ha puesto patas arriba el festival, al menos sí ha logrado estimular en cierta medida la competición. Un film dividido en tres episodios distintos protagonizados todos por el mismo elenco -siendo éste sin duda uno de los puntos más destacables, la química entre los intérpretes, magníficos todos ellos- en el que el director griego pretende volver a sus raíces – aquí, a diferencia de en La favorita y Pobres criaturas, vuelve a firmar el libreto junto a su guionista habitual, Efthimis Filippou- y volver a generar incomodidad en el espectador como ya hiciera en sus primeros trabajos -y para prueba de ello, y aviso de que entramos en detalles acerca de la película, una escena en la que uno de los personajes le pide a su mujer que se corte un dedo para poder comérselo-.
Con un primer episodio que nos habla acerca de un hombre, Robert (Jesse Plemons), cuya vida es controlada constantemente por su amante Raymond (Willem Dafoe), que le pide que provoque un accidente de coche para matar a un hombre; un segundo episodio acerca de un policía que nota que su mujer ya no es la misma cuando vuelve a casa tras haberse perdido en una isla habitada por perros; y un tercer episodio en el que una mujer, Emily, forma parte de una especie de secta que se encuentra buscando algo parecido a un nuevo líder espiritual, Kinds of Kindness quizá peque de tener una estructura narrativa algo irregular, pues de los tres episodios el que más destaca por su solidez es el tercero mientras que el primero posee algo de lo más interesante y el segundo fácilmente podría llegar a ser visto como un simple divertimento, pero con todo es una película que deja reflexionando y que nos demuestra lo imprevisible que puede llegar a ser el talento de un cineasta como Lanthimos.
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