El jurado de la 76ª edición de Cannes sorprendía al premiar a la correcta Anatomie d’une chute, de la francesa Justine Triet, con la Palma de Oro. Mientras que las dos grandes favoritas de la edición, The Zone of Interest, de Jonathan Glazer, y Koulleet Lehdet (Fallen Leaves), Aki Kaurismäki, se resignaban con el Gran Premio del Jurado y el Premio del Jurado, respectivamente.
En cuanto al resto de galardones, Tran Anh Hùng, se hizo con el premio a la mejor dirección por La passion de Dodin Bouffant. Merve Dizdar, mejor actriz por About Dry Grasses de Nuri Bilge Ceylan. Koji Yakusho, mejor actor por Perfect Days de Wim Wenders. El premio al mejor guión fue para Koji Sakamoto por Monster. La Cámara de Oro ha sido para Inside the Yellow Coccoon Shell de Thien An Pham y el Premio de la crítica internacional para la película The Zone of Interest.
Y como el dictamen del jurado a la fin atiende a criterios de perspectivas y trayectorias personales, aquí nuestro particular Top 5 de las películas vistas en la 76ª edición de Cannes que más nos han estimulado y no solo visualmente, también en el plano sonoro y diríamos que olfativo.
‘La chimera’ de Alice Rohrwacher
Una fábula cruda y desgarradora de los supervivientes de la Italia de los años 80 que amenaza ruina. Josh O’Connor es un zahorí que, no busca agua sino tumbas etruscas, junto a su desvencijado grupo de amigos sobrevive de saquear estos lugares sagrados. Rohrwacher aborda la miseria de estas gentes dotándolas de estoicismo a la par que picaresca ofreciendo un retrato social de gran patetismo en la tradición del cine italiano de narrar en forma de cuento como lo sagrado de otros tiempos se vuelve mundano.
‘Firebrand’ de Karim Aïnouz
Adaptación libre de la novela de Elizabeth Fremantle del mismo nombre, una revisión feminista del horror vivido en tiempos de Enrique VIII en la Inglaterra del siglo XVI. Firebrand se sitúa en los últimos años de vida del perverso monarca que sembró el terror en la propia corte cortando la cabeza a varias de sus reinas consortes. Jude Law interpreta al agonizante monarca de la casa Tudor debido a una gangrena ulcerosa que contamina la atmósfera de la corte. Su última esposa, Catherine Parr, Alicia Vikander, sufre en sus propias carnes la tiranía diaria de este perverso psicópata, desafiándolo con sus ideas reformistas de la religión católica en un momento en que el rey de Inglaterra era la mismísima reencarnación de Dios en la tierra.
‘The Zone of Interest’ de Jonhatan Glazer
De nuevo una adaptación de la novela de Martin Amis sobre el horror de los campos de exterminio de Auschwitz. El ejercicio conceptual de Glazer consiste en dejar en el fuera de campo visual el horror, y lo desliza por el campo sonoro impregnando el plano en que la familia del comandante nazi, Rudolph Höss, vive plácidamente su día a día burgués, con servicio, fiestas y jardín en las inmediaciones del campo de exterminio. El horror de The Zone of Interest tiene forma de ruido, el de los hornos de cremación, de los trenes siempre cargados de cuerpos humanos. Y de incredulidad al contemplar la vehemencia con que la esposa del comandante, Sandra Hüller, defiende la comodidad de su vida justo en el emplazamiento en que se encuentra.
‘La passion de Dodin Buffard (The Pot a Feu)’ de Tran Anh Hung.
Una oda al placer de la vida en la cocina. Sin tiempos, más que el de los fogones. Ni problemas mundanales que interrumpan el ritual de cocinar un buen plato. Anh Hung ejecuta una coreografía delicada e hipnótica de los procesos frente a los fogones de Juliette Binoche en la cocina del chef Benoît Magimel. Un bello canto al placer atemporal de vivir.
‘Perfect Days’ de Wim Wenders
Como también lo es canto a la vida sencilla de Wim Wenders. El veterano realizador se desplaza hasta Tokio para retratar el día a día de un limpiador de baños públicos, Kōji Yakusho, premio a la mejor actuación masculina. El protagonista es un ermitaño de mediana edad que se ha construido su vida perfecta a partir de sus rutinas diarias amenizadas por la música de su casete, sus lecturas nocturnas y sus paseos en bici por la ciudad. Y es que sin pasado ni futuro, Perfect Days encuentra la felicidad en los detalles del instante presente.
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