Jornada de dramas sociales en la Sección Oficial a Competición, aunque con desigual resultado. Mientras los hermanos Dardenne apuntan con precisión a la moral centroeuropea, Martone se adentra en una suerte de melodrama y Roustayi retrata la penuria de la sociedad iraní.
‘Tori y Lokita‘ de Jean Pierre y Luc Dardenne
Los belgas Jean Pierre y Luc Dardenne refuerzan las bases del cine social con el drama de Lokita, Joely Mbundu, y Tori, Pablo Schils, una pareja de inmigrantes africanos hermanos aunque Europa se niega a reconocerlo. Y es que aunque no compartan la misma madre, si comparten el drama de verse solos en un país en que sistema y sociedad los rechaza dejando a Lokita en el limbo de la alegalidad. Hospedados en un orfanato belga, los dos hermanos se ven arrastrados a trabajar para los más miserables del primer mundo. El trabajo de los dos protagonistas es sobrecogedor, despertando sobremanera empatía por ellos, algo hasta ahora no muy visto en el certamen.
En una edición en que la mayoría de directores se regocijan sobre sí mismos extendiendo las películas más de dos horas y dejando exhausto a un público ya cansado de las interminables jornadas de proyección, el trabajo de los hermanos Dardenne destaca por su economía narrativa. Y demuestran que para contar historias basta con precisión cinematográfica y sentido de la realidad social circundante.
‘Nostalgia‘ de Mario Martone
El italiano Mario Martone presenta la adaptación de la novela homónima de Ermanno Rea. Su título es el detonante dramático. Felice, Pierfrancesco Favino, vuelve a Nápoles tras 40 años en el extranjero justo a tiempo de reencontrarse con su madre que muere al poco. El hombre invadido por la añoranza decide establecerse en el peligroso barrio de la Sanità. Pese a las advertencias, incluida la de su amigo de la adolescencia, ahora el capo del barrio, Felici acabará cumpliendo su destino.
La película de Mario Martone tiene de drama social el retrato del barrio con unas gentes y una condiciones de vida que dejan poco margen a cualquier futuro sea el de los jóvenes o el de los viejos. Un barrio donde reina el silencio y nadie ve nada cuando se trata de temas relacionados con la mafia. En un contexto de horror cotidiano Martone sitúa a su protagonista a la caza de la vida idealizada que un día tuvo en un lugar al que ya no pertenece. Es pues la impasibilidad del protagonista la que transmite precisamente la falta de empatía hacía un drama social que hubiese podido ser pero no fue.
‘Leila’s Brothers’ de Saeed Roustayi
Leila’s Brothers es la segunda película iraní a competición en la sección oficial, y es además el tercer trabajo del joven Saeed Roustayi en que se adentra en el Teherán más humilde maltratado por la crisis económica.
Leila, Taraneh Roustayi, es la hija de una familia humilde con un padre decidido a obtener el reconocimiento de su comunidad religiosa. Una madre ausente y cuatro hermanos varones con poca resolución en la vida. Leila es el motor de la familia, pero el peso del patriarcado sumado a la crisis económica y al fanatismo religioso es demasiado grande para constatar la buena voluntad de la mujer que ve como su familia se resquebraja. Roustayi disecciona el estamento más pobre de la sociedad iraní con tal énfasis observacional que olvida la economía narrativa. Un hecho que le resta efectividad al retrato de una sociedad en perpetua descomposición.
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