Una muestra más de que es preciso relativizar mucho la importancia de los premios Oscar es el caso de Howard Hawks. Este director, autor de películas muy estimables y de algunas obras maestras (La fiera de mi niña, Río Bravo, Río Rojo…), únicamente recibió una nominación al mejor director por El sargento York y sólo recibió el Oscar honorífico en 1975.
Considerado como perteneciente a la generación de los directores primitivos norteamericanos –John Ford, Allan Dwan, King Vidor, Raoul Walsh y Cecil B. de Mille, entre otros–, Hawks trató, como ellos, todos los géneros (la comedia, el cine negro, el western…), su cine era más o menos comercial y nunca pretendieron hacer un cine personal, aunque en algunos de sus filmes sí lo consiguieran. Fueron un producto de la grandeza de Hollywood.
La violencia de un gánster y la de un pacifista
Dos películas de Hawks se basaron en personajes reales: Scarface y El sargento York. En la primera, escrita en una semana, creó el personaje de Toni Camonte, inspirado en Al Capone, hasta el punto de que el gánster se sintió aludido en el filme y, desde la prisión, informó a los productores de que deseaba ser consultado durante el rodaje. Hizo una campaña contra la película, y logró que, por temor a represalias, fuera prohibida en varios estados norteamericanos. Capone se indignó no sólo contra este filme, sino contra todo el cine de la época porque presentaba a los gánsteres como seres indeseables.
El sargento York muestra al sargento Alvin York, un pacifista que se convirtió en el militar más condecorado en la Primera Guerra Mundial por haber matado a 25 soldados enemigos y hecho prisioneros a otros 132. Aunque en principio se presentó como objetor de conciencia, fue enrolado en el ejército y enviado a combatir en Europa. En el frente se vio obligado a dejar a un lado sus escrúpulos y disparar contra los alemanes. Algunos críticos han señalado que lo hacía con la frialdad del cazador, y que en este aspecto el personaje no se alejaba de Toni Camonte.
Aunque en su cine Hawks mostró la violencia frecuentemente, ésta nunca era gratuita, sino que respondía a unos hechos concretos. Por otra parte, en sus filmes no aparecen el rencor, la maledicencia ni la envidia, aunque sí la codicia, el desprecio, la venganza…
Cuando dirigió Tierra de faraones, con guión del novelista William Faulkner, declaró que ni él ni su guionista sabían cómo hablaba o se movía un faraón, pero que trataron de escapar de la clásica reconstrucción de una época.
Obras maestras del ‘western’
En el género del western destacan sus tres ríos: Río Rojo (1948), Río Bravo (1959) y Río Lobo (1970), su última película. De la primera de ellas, John Ford dijo que le había hecho descubrir que John Wayne era un actor, de lo cual Ford tenía sus dudas. En las tres intervino el actor de Iowa (de cuyo nacimiento se cumplieron 110 años en el pasado mes de mayo), convertido ya en el intérprete característico del western. Tanto Río Rojo como Río Bravo pueden considerarse unas obras maestras. De la última hizo una nueva versión en 1967, El Dorado, también con John Wayne en el mismo papel que interpretó en su antecesora y con el gran Robert Mitchum en el personaje que en la versión anterior representaba Dean Martin. El director Quentin Tarantino ha dicho de Río Bravo que es su película favorita.
Como había sido piloto de aviación, Howard Hawks dirigió varias películas de tema aeronáutico; entre ellas: Águilas heroicas, Sólo los ángeles tienen alas y El bombardero heroico.
Hawks también se dedicó a la comedia; dirigió La fiera de mi niña, Luna nueva (en la que efectuó una crítica de la prensa sensacionalista), La novia era él, Me siento rejuvenecer y Los caballeros las prefieren rubias (con las míticas actrices de Hollywood Jane Russell y, sobre todo, Marilyn Monroe), como las más destacadas.
En 1996, la revista Entertainment Weekly le consideró el cuarto mejor director de todos los tiempos.
Hawks nació el 30 de mayo de 1896 en Goshen (Indiana) y falleció el 26 de diciembre de 1977 (el día siguiente que Charles Chaplin) en Palm Springs (California), justo hoy hace 40 años.
Be the first to comment